A pocos kilómetros de Ponferrada se encuentran los montes Aquilanos, cuyas alturas principales (Aquiana, Tuerto, Morredero) rondan los dos mil metros de altitud. A sus pies se abren en abanico estrechos valles surcados por arroyos que alimenta el deshielo, siendo el más destacado de todos ellos el que recibe el evocador nombre de valle del Silencio. Hace ya más de mil años llegaron hasta aquí los primeros monjes buscando un lugar lejos del mundanal ruido y llegó a ser tal el número de monasterios y tan activa la vida religiosa, que la zona mereció el título de "La Tebaida berciana", en recuerdo de la tradición eremítica de la antigua provincia romano-egipcia. Hoy basta detenerse un momento en cualquiera de los senderos que la recorren para comprender por qué Genadio de Astorga, el primer ermitaño del valle, llegó a alcanzar la santidad.
Siguiendo la línea de los montes Aquilanos encontramos descarnados picachos rojizos que brillan a la puesta de sol y sobresalen sobre los castaños, brezos y matorrales; son el resultado de la ingeniería romana que en los siglos I y II puso en marcha la explotación minera de oro más importante de la península por el método ruina montium, que consistía en derrumbar amplias extensiones de montañana mediante el uso de agua a presión a través de galerías previamente excavadas y dirigir después la masa de lodo obtenida hasta los canales de lavado y filtrado. En las Médulas se encuentran más de cuatrocientos kilómetros de canales que servían para transportar el agua necesaria.
Con base en la jacobea población de Ponferrada, presidida por su castillo templario, conoceremos en este viaje de tres jornadas estos dos lugares emblemáticos del Bierzo profundo que no podemos pasar por alto.
Antes de llegar a nuestro alojamiento, nos desplazaremos al extremo más occidental de la provincia leonesa, y muy próximos al cañón del río Sil que delimita estas tierras con la provincia de Ourense para disfrutar de los variados recorridos naturales que esta zona arqueológica y sus alrededores ofrecen.
En esta ocasión nos aguarda una formidable ruta que se adentra en el corazón del Bierzo, surcado de profundos valles que guardan reliquias arquitectónicas como la Iglesia mozárabe de Santiago de Peñalba, el Monasterio de San Pedro de Montes, además de eremitorios como el de la Cueva de San Genadio; todo ello en un marco natural difícil de describir dada la enorme belleza del entorno.
Senderismo, naturaleza y misterio nos aguarda en esta ruta de media jornada que enlaza los hitos jacobeos de Riego de Ambrós y Molinaseca y que pondrá la guinda a esta corta pero intensa incursión en territorios bercianos, donde en muchos lugares aún parece haberse detenido el tiempo.