Las lineas perfectas que despliegan el Anie en forma de elegante pirámide de caliza gris sobre uno de los paisajes más fabulosos de los Pirineos, el karst de Larra, la convirtieron en montaña sagrada en las tradiciones euskeras, donde la leyenda dice que en su cima habitaba un gigante que cultivaba un huerto de plantas mágicas. Si alguien robaba una de esas plantas, el gigante desencadenaba una tormenta espantosa sobre el valle.
Nuestro recorrido comienza en la curva helicoidal, un poco antes de acceder al Col de la Pierre Saint Martin, en pleno Macizo Karstico de Larra. Una vez pasemos el Portillo de Pescamo, el caos rocoso y laberintico del macizo nos va acompañar en la mayoría de nuestro recorrido, encontrandonos con dolinas y alguna que otra sima. Las vistas que tendremos del Lapiaz con el Anie al fondo son espectaculares y como broche final el último tramo de ascenso al pico resulta impresionante, al igual que las vistas de las que podremos disfrutar, los Pirineos al fondo y casi podremos tocar con las manos La Mesa de los Tres Reyes y el Petrechema.
Hoy nos espera una interesante ruta circular ascendiendo las cimas de Latzagorria y Lapazarra. A pesar de no poseer una elevada altitud son unas espléndidas atalayas desde las que podemos admirar la impresionante Reserva Natural de Larra, el valle de Belagua y gran parte del pirineo navarro.
En el descenso visitamos la cueva de Antxomarro y el cauce de origen glaciar del río Belagua (único en el pirineo navarro).
Las aguas de los diferentes arroyos que nutren al río Eska corren entre magníficas paredes rocosas. Uno de ellos, el Belabarze, se adentra por una garganta rodeada de frondosos bosques de pino royo, abeto y haya. Nuestra senda acompañ a este río y una vez alcancemos las Ateas de Belabarze (impresionante angostura horadada por las aguas del arroyo) pequeños saltos de agua, pozas, hayedos y avellanares nos acompañarán hasta alcanzar la Cascada de Belabarze, desde donde podremos contemplar el gran circo rocoso del Pico Ezcaurre, sin lugar a dudas un lugar perfecto para disfrutar y relajarse.
Las lineas perfectas que despliegan el Anie en forma de elegante pirámide de caliza gris sobre uno de los paisajes más fabulosos de los Pirineos, el karst de Larra, la convirtieron en montaña sagrada en las tradiciones euskeras, donde la leyenda dice que en su cima habitaba un gigante que cultivaba un huerto de plantas mágicas. Si alguien robaba una de esas plantas, el gigante desencadenaba una tormenta espantosa sobre el valle.
Nuestro recorrido comienza en la curva helicoidal, un poco antes de acceder al Col de la Pierre Saint Martin, en pleno Macizo Karstico de Larra. Una vez pasemos el Portillo de Pescamo, el caos rocoso y laberintico del macizo nos va acompañar en la mayoría de nuestro recorrido, encontrandonos con dolinas y alguna que otra sima. Las vistas que tendremos del Lapiaz con el Anie al fondo son espectaculares y como broche final el último tramo de ascenso al pico resulta impresionante, al igual que las vistas de las que podremos disfrutar, los Pirineos al fondo y casi podremos tocar con las manos La Mesa de los Tres Reyes y el Petrechema.
Hoy nos espera un exigente día en el que desde el Rincón de Belagua ascenderemos progresivamente hasta alcanzar la cima del monte Ukerdi, en el corazón de Larra.
La excursión pasa por zonas de diferente vegetación y aspecto. Entre ellas, el frondoso hayedo en fuerte pendiente que asciende hasta el collado de Larrería, en cuyo camino encontraremos la Cueva de Antxomarro, a la que podremos entrar si llevamos linterna y aprovisionarnos con el agua que emana en su interior. El entorno es de gran belleza, y en temporada de setas, serán numerosas las que encontremos por el camino.
A partir de ahi, iremos por el valle de Ukerdi, en constante ascenso hasta alcanzar los 1800 mts aprox. Este valle es muy bonito y combina los prados, bosques mágicos, pinos negros, zona karstica, etc... con derroche de naturaleza salvaje. Llegararemos finalmente hasta el Portillo de Larra, y a partir de ahi tomaremos una canal inicialmente herbosa y luego karstika que ya sin árboles nos llevará al collado que da acceso a la cima.
El regreso lo haremos por la GR11, en vez de tomar el valle de Ukerdi, algo más larga pero merece la pena porque tiene un andar mucho más cómodo, ya que son prados en su mayoría, en vez de terreno tan pedregoso.