Cuando el reino de León apenas se extendía al sur de la Cordillera Cantábrica y la frontera con los musulmanes aún no estaba consolidada, los reyes venían a cazar y a holgar a estas tierras, ausentándose de la corte durante largos periodos. Cuando el rey estaba en esta comarca de Babia no recibía embajadas ni otorgaba audiencia, por lo que la creencia popular atribuye a esta circunstancia el origen de la expresión estar en Babia.
Situada al noroeste de la inabarcable provincia de León, la comarca está drenada por los ríos Sil, Torrestío y Luna. La abundancia de agua y sus verdes praderas han determinado desde siempre su principal riqueza, la ganadería. Tierra de tradición pastoril y marcada por la trashumancia, actualmente siguen subiendo rebaños de merinas a los puertos, que se arriendan toda la temporada y que comparten los pastizales con el ganado vacuno y también con el equino, en especial la raza Hispano-Bretona, siendo Babia el referente estatal de esta clase de caballo
Al norte de la provincia de León, en plena Cordillera Cantábrica, se encuentra esta comarca formada por el gran valle abierto del río Luna que cruza esta bellísima superficie perjudicada con la construcción del Pantano de Luna, el cuál acabó con la vida de una quincena de pueblos que permanecen bajo sus aguas, y que dejan ver sus ruinas en épocas de estiaje. Además, miles de hectáreas de hermosos pastizales quedaron también sumergidas.
Pero el principal interés naturalístico de Luna está en sus espectaculares valles laterales, como el valle de Abelgas, o el que asciende hasta Aralla y su collada, tapizados de hermosas praderías y coronados por paredes calizas. No faltan cañones abarrancados como el de Mirantes, o sabinares con ejemplares centenarios, todo ello en medio de formaciones de gran fasto geológico en los que es frecuente el afloramiento de todo tipo de fósiles.
En el límite norte de la comarca de Babia, haciendo frontera con Asturias, se levanta una de las cumbres más espectaculares y prestigiosas de la Península Ibérica, el macizo de Peña Ubiña (2.417 m) desde donde se domina toda la comarca babiana y la Montaña Central Asturiana. Este macizo constituye, tras los Picos de Europa, el segundo mayor sistema montañoso de la Cordillera Cantábrica.
Peña Ubiña está declarada como Paisaje Protegido, pues el elevado rango de sus altitudes, junto a la variedad de sustratos calcáreos y silíceos da lugar a una notable diversidad en el paisaje vegetal, donde destacan hayedos, acebedas, robledales y abedulares en los valles que la rodean. Aunque no es el objetivo ascender hasta la cima, si nos acercaremos hasta el collado que separa las dos vertientes, la leonesa y la asturiana, desde donde podremos disfrutar de la majestuosidad de esta montaña.
Viaje hasta la población leonesa de San Emiliano de Babia, donde nos alojaremos.
Hoy caminaremos por el por el corazón de la Babia Alta, lindando con Asturias y ofreciéndonos todo el esplendor de la comarca. Partiendo de Torre de Babia alcanzaremos la Laguna de las Verdes, que adquiere este nombre por la densa vegetación que la cubre. A su alrededor aparecen los Puertos de las Verdes y Peña Orniz, que hace frontera con el asturiano Parque Natural de Somiedo y donde nace el río Sil, sin luagr a dudas, uno de los rincones más solitarios de la Cornisa Cantábrica y donde es fácil entender el verdadero y sanísimo sentido de la expresión “estar en babia”.
Hoy nos desplazaremos hasta la desconocida comarca tradicional leonesa de Luna, que junto a sus vecinas Babia y Omañas forman parte de uno de los espacios naturales más ricos de la Cornisa Cantábrica. Realizaremos dos rutas diferentes por el entorno del Monumento Natural de los Calderones, uno de los desfiladeros más bellos de la provincia leonesa.
Nuestra última excursión del viaje nos llevará por la sierra de la Maserona en la Babia Alta. Recorreremos el rio de la Majúa hasta desembocar en el collado del Queixeiro, puerta de entrada al interior del macizo y famoso por ser uno de los pasos más importantes de Oso Ibérico de la Península. Descenderemos por el valle de Valverde para acabar en la población de Torrestío, mientras que el grupo de nivel B se acercará a los pies de Peña Ubiña, una de las zonas montañosas más espectaculares de la península, completando así dos bonitas travesías, antes del viaje de vuelta.