En un recóndito lugar de los Pirineos, entre las comarcas de la Ribagorza (Aragón) y Alta Ribagorça (Cataluña) se abre un espectacular desfiladero formado por dos gigantescas paredes de piedra caliza de hasta 500 m de altitud. Se trata del Congosto de Montrebei, uno de los desfiladeros más profundos de España.
En la parte catalana se abrió hace muchos años un camino inverosímil, y desde hace sólo unos meses, un sistema de pasarelas y un puente colgante extienden el itinerario a la parte aragonesa, completando uno de los “caminos de vértigo” más impresionantes de la península.
El Congosto de Montrebei nos servirá de excusa perfecta para visitar esta olvidada comarca aragonesa que fue condado independiente en el siglo X, mantuvo privilegios y leyes propias hasta el XVI y fue siempre una tierra fronteriza muy codiciada y disputada.
En el centro de la Ribagorza se encuentra el valle de Isábena, un lugar lleno de quietud, recorrido por un río cristalino y salpicado de arte románico y pequeños pueblos medievales. Muchos de ellos se abandonaron hace años, otros dormitan al sol en las laderas de las montañas.
Por eso cuesta creer que este modesto valle fuera en su día el centro neurálgico del Condado de la Ribagorza, pero las huellas de este pasado esplendor se irán dejando ver mientras caminamos por sus senderos. De hecho, lo haremos el último día de viaje, cuando al llegar caminando al pequeño y monumental pueblo de Roda de Isábena descubramos que su iglesia es, en realidad, toda una catedral.
Desfiladeros y Románico de La Ribagorza.
En un recóndito lugar de los Pirineos, entre las comarcas de la Ribagorza (Aragón) y Alta Ribagorça (Cataluña) se abre un espectacular desfiladero formado por dos gigantescas paredes de piedra caliza de hasta 500 m de altitud. Se trata del Congosto de Montrebei, uno de los desfiladeros más profundos de España.
En la parte catalana se abrió hace muchos años un camino inverosímil, y desde hace sólo unos meses, un sistema de pasarelas y un puente colgante extienden el itinerario a la parte aragonesa, completando uno de los “caminos de vértigo” más impresionantes de la península.
El Valle de Isábena, alma de la Ribagorza.
El Congosto de Montrebei nos servirá de excusa perfecta para visitar esta olvidada comarca aragonesa que fue condado independiente en el siglo X, mantuvo privilegios y leyes propias hasta el XVI y fue siempre una tierra fronteriza muy codiciada y disputada.
En el centro de la Ribagorza se encuentra el valle de Isábena, un lugar lleno de quietud, recorrido por un río cristalino y salpicado de arte románico y pequeños pueblos medievales. Muchos de ellos se abandonaron hace años, otros dormitan al sol en las laderas de las montañas.
Por eso cuesta creer que este modesto valle fuera en su día el centro neurálgico del Condado de la Ribagorza, pero las huellas de este pasado esplendor se irán dejando ver mientras caminamos por sus senderos. De hecho, lo haremos el último día de viaje, cuando al llegar caminando al pequeño y monumental pueblo de Roda de Isábena descubramos que su iglesia es, en realidad, toda una catedral.
Desfiladeros y Románico de La Ribagorza.
En un recóndito lugar de los Pirineos, entre las comarcas de la Ribagorza (Aragón) y Alta Ribagorça (Cataluña) se abre un espectacular desfiladero formado por dos gigantescas paredes de piedra caliza de hasta 500 m de altitud. Se trata del Congosto de Montrebei, uno de los desfiladeros más profundos de España.
En la parte catalana se abrió hace muchos años un camino inverosímil, y desde hace sólo unos meses, un sistema de pasarelas y un puente colgante extienden el itinerario a la parte aragonesa, completando uno de los “caminos de vértigo” más impresionantes de la península.
El Valle de Isábena, alma de la Ribagorza.
El Congosto de Montrebei nos servirá de excusa perfecta para visitar esta olvidada comarca aragonesa que fue condado independiente en el siglo X, mantuvo privilegios y leyes propias hasta el XVI y fue siempre una tierra fronteriza muy codiciada y disputada.
En el centro de la Ribagorza se encuentra el valle de Isábena, un lugar lleno de quietud, recorrido por un río cristalino y salpicado de arte románico y pequeños pueblos medievales. Muchos de ellos se abandonaron hace años, otros dormitan al sol en las laderas de las montañas.
Por eso cuesta creer que este modesto valle fuera en su día el centro neurálgico del Condado de la Ribagorza, pero las huellas de este pasado esplendor se irán dejando ver mientras caminamos por sus senderos. De hecho, lo haremos el último día de viaje, cuando al llegar caminando al pequeño y monumental pueblo de Roda de Isábena descubramos que su iglesia es, en realidad, toda una catedral.
Salida a las 07:30h de Nuevos Ministerios y viaje a Campo, en la comarca de La Ribagorza. Antes de alojarnos, realizaremos una excursión en los alrededores de la histórica localidad de Graus.
Obarra significa en vasco “agujero entre rocas”. La misma ruta por el desfiladero en dos versiones diferentes, una en la que predomina el descenso (nivel A) y otra en sentido inverso en la que predomina el ascenso y un par de kilómetros más larga (nivel B). Al finalizar las rutas, ambos grupos visitaremos el Monasterio de Obarra.
Llega el día de las emociones fuertes en el espectacular recorrido por pasarelas, puentes y precipicios del Congosto de Montrebei, atravesado por un vertiginoso sendero excavado en la roca que nos permitirá adentrarnos en el estrecho paso que el río Noguera Ribagorzana ha formado al atravesar la sierra del Montsec, creando un corte de paredes verticales que constituye la divisoria natural y el límite territorial entre las comunidades de Aragon y Cataluña. Para vivir en su totalidad la fuerza y belleza del Congosto, ofrecemos la posibilidad de retornar en kayak, remando suavemente por el fondo del barranco.
Nota importante:
El camino no tiene dificultades técnicas y está muy bien protegido en todo momento, pero no es recomendable para personas con vértigo o miedo excesivo a las alturas.
Existe la posibilidad de regresar en lancha turística si no se desea hacerlo en piragua. Las plazas son limitadas y es obligatorio avisar a nuestra oficina en caso de elegir la opción de lancha.
La embocadura del valle de Benasque por el sur es un espacio de excepcional belleza. El río Ésera, que ha configurado el valle, crea aquí una impresionante garganta excavada en la caliza, justo en el límite que alcanzaron los glaciares que descendían de los macizos Posets y Maladeta. El Congosto del Ventamillo está flanqueado por los majestuosos macizos de Cotiella y Turbón, bajo cuyos escarpes caminaremos.
Roda es el pueblo más pequeño de España que ha llegado a contar con catedral: San Vicente y San Ramón, joya del arte románico y testimonio de la importancia histórica de La Ribagorza.
El templo, al que haremos una visita guiada al finalizar la ruta de hoy, fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1924 y en 1988 se amplió esta protección a todo el conjunto histórico de la localidad, en el que además del urbanismo y cuidada restauración de las calles y casas, destacan el palacio prioral, del siglo XVI, y su puente románico.
Tras finalizar la excursión y la visita, emprenderemos el viaje de vuelta a Madrid.