Este viaje pretende ser un compendio de los lugares más interesantes de Marruecos abarcando el Rif, el Atlas y la costa atlántica de Essaouira. Una combinación de rutas que pueden hacerse perfectamente al final del verano, pues se desarrollan en las montañas y en la fresca costa atlántica, con la visita de cinco de las ciudades más interesantes de Marruecos: Fez, Chaouen, Tánger, Marrakech y Essaouira.
Aterrizaremos en Fez, que posee la mayor medina del mundo, un laberinto bullicioso y caótico cuya visita es una experiencia muy intensa para los sentidos. Luego nos dirigirnos a la cordillera del Rif y la preciosa ciudad de Chaouen, famosa por su medina con callejuelas y casas pintadas de azul. Este es el Marruecos de impronta más española, por herencia del antiguo protectorado y también el Marruecos más verde, como tendremos oportunidad de comprobar en la ruta que haremos en el Parque Nacional de Talassemtane.
En Tánger cogeremos un tren nocturno con literas que nos llevará a Marrakech, la perla del Sur a la que dedicaremos día y medio. Y tras su visita, partiremos a las cercanas montañas del Alto Atlas. Allí, bajo la cumbre del Toubkal (4.167 m) haremos un pequeño trekking de tres días por el recóndito valle de Azzaden donde tendremos oportunidad de conocer la ancestral forma de vida de los bereberes del Atlas.
De la Alta Montaña a la costa. Un nuevo cambio de paisajes en este viaje en el que todo cambia cada tres días. Toca el turno a la encantadora ciudad blanca de Essaouira. Allí haremos una ruta por la salvaje costa atlántica y conoceremos el árbol del argán, que abunda y cuyo escaso y codiciado aceite se ha convertido en el nuevo oro líquido.
A nuestra llegada al aeropuerto de Fez nos estará esperando nuestro guía Mekki, que habla español y será el responsable del viaje.
Desde el aeropuerto nos trasladaremos a la famosa medina de Fez, la más grande del mundo.Contiene alguno de los más hermosos edificios de Marruecos, si es que uno es capaz de encontrarlos, porque quizás su mayor interés es que ha conservado intacta su estructura medieval de callejas, y pasadizos, algunos sin salida.
La visita guiada no dejará fuera ninguno de los lugares imprescindibles, como las famosas tintorerías de cuero y alguna de sus famosas madrassas (escuelas coránicas) y nos sumergirá en la peculiar y sugestiva atmósfera de este laberinto interior.
La distancia entre Fez y Chaouen es de 200 km, lo que nos llevará unas cuatro horas. A mitad de camino haremos una larga pausa en la que visitaremos las ruinas romanas de Volubilis y el pueblo blanco de Moulay Idriss, donde almorzaremos. Dos lugares fuera de los programas turísticos habituales que te sorprenderán.
Seguro que tras el viaje de ayer nuestras piernas nos piden caminar, y eso es lo que vamos a hacer por una de las rutas más espectaculares del Rif, el famoso Puente de Dios, un arco natural de roca sobre el río Farda, dentro del Parque Nacional de Talassemtane.
Tras regresar a Chaouen, dispondremos de la tarde para visitar su preciosa medina, con sus coloridas calles encaladas y pintadas de azul.
El oued Laou es un río que separa los dos macizos más importantes que forman parte del Parque Nacional Talassemtane, el Jebel Kelti y el Jebel Lakra. Su recorrido es corto, dada la corta distancia que separa esta cordillera del mar, apenas una veintena de kilómetros, pero forma una espectacular garganta en la que se encuentra, la cascada de Ifhasa en unos de los afluentes del Oued Laou.
Tras la ruta viajaremos a Tánger (115 km) donde pasaremos la tarde, pues bien merece una visita aunque sea corta, y tomaremos el tren nocturno en el viajaremos a Marrakech durmiendo en departamentos con litera exclusivos para el grupo.
Jornada completa dedicada a la visita libre de la llamada Perla del Sur, que bien merece el día y medio que le vamos a dedicar. Palacios, medersas, la torre de la Koutobia, la medina, y por supuesto, la mítica plaza de Jemaa el Fna, verdadera alma de la ciudad, que llega a su máximo esplendor por la tarde - noche, con sus puestos de comida, encantadores de serpientes, charlatanes y demás fauna variopinta que podremos observar desde alguno de sus famosos cafés.
Continuamos la visita de Marrakech hasta la media mañana, cuando nos trasladaremos a Imi Ouglad (55 km) la pequeña población del Alto Atlas de Marrakech donde comenzaremos un mini-trekking de tres días por el Valle de Azzaden.
Remontamos el Valle de Azzaden hasta sus nacientes, donde se encuentra la preciosa cascada de Irhouilidene.La primera parte, hasta la aldea de Tizi Ouessem, es muy tranquila y sin apenas desnivel, pero una vez que dejemos atrás esta población, comienza la remontada del valle hasta Azib Tamsoult (2.250 m) donde se encuentra nuestro albergue.
Entre sabinas y rocas de todos los colores ascendemos al collado de Tizi M’Zic, de 2.480 m de altitud. Las vistas son aún más impresionantes que las del primer día, y la mirada se extiende hacia los valles de Imlil y Likemt.
Nuestro trekking termina en Imlil, pueblo en el que comienzan su aventura los montañeros que desean ascender al Toubkal.
Tras el almuerzo viajaremos a Essaouira (250 km, 4 h 30) donde disfrutaremos de la última parte de este variado viaje, ahora a orillas del mar, en la fresca costa atlántica marroquí.
Bien temprano nos desplazaremos a la localidad de Sidi Mbark (20 km) para realizar una preciosa ruta por la salvaje costa de Essaouira. Acantilados y playas vírgenes se suceden hasta Sidi Ahmed Sayh, donde finalizaremos y podremos darnos un estupendo baño en su gigantesca playa.
Por la tarde podremos seguir disfrutando de Essaouira, una ciudad que enamora por la tranquilidad que respira y los preciosos rincones que descubriremos paseando por sus calles.
Todavía dispondremos de unas horas para disfrutar de essaouira, antes de emprender, a media mañana, el viaje al aeropuerto de Marrakech, para tomar el vuelo de regreso.