La intrincada orografía de la Serranía de Cuenca, con sus profundas hoces y paredes de roca viva, es un escenario idóneo para la instalación de las vías ferrata. Afortunadamente, parece que ayuntamientos y diputación se han dado cuenta de su enorme potencial turístico y a principios del 2016, la espectacular ferrata del Estrecho de Priego, inició una serie de inversiones que han continuado en otros municipios. Gracias a ello, a apenas dos horas de Madrid, podremos disfrutar de varias modernas ferratas en un maravilloso paisaje.
La cuenca de este río, uno de los más bellos de la Serranía, es el escenario de nuestras dos primeras ferratas. La primera, junto a Fuertescusa, es ideal para iniciarse, sencilla y muy panorámica, con preciosas vistas sobre el valle del Escabas. Continuamos con la ferrata del Estrecho, con su espectacular puente tibetano a más de 50 metros de altura y mayores sensaciones de vacío, pero sin pasos realmente complicados. Todo un disfrute para completar el primer día.
Las ferratas previstas para el domingo se encuentran a los pies del conocido mirador natural del Ventano del Diablo, sobre el Estrecho del río Júcar, en el municipio de Villalba de la Sierra. Tiene dos tramos, uno sencillo y horizontal sobre el río y otro vertical y más deportivo, con tirolina y puentes tibetanos.
Viaje a Fuertescusa (200 km, 2 h 30) donde se alza la imponente pared de la Piedra del Castillo. Un sencillo y hábil itinerario de vía ferrata que cruza la pared en diagonal nos servirá como iniciación. Tras el almuerzo nos desplazaremos a la vecina ferrata del Estrecho de Priego, con un punto más de dificultad pero siempre dentro de lo moderado.
Tras las ferratas nos trasladaremos a Villalba de la Sierra (35 km) donde pernoctaremos para continuar mañana nuestra actividad.
En el precioso entorno del Estrecho del Júcar, en Villalba de la Sierra, se encuentra el paraje conocido como el Ventano del Diablo, un gran orificio en la roca. Aquí tenemos dos ferratas equipadas: la primera recorre el estrecho y la segunda remonta hasta el mirador del Ventano.
Tras las ferratas y el almuerzo emprenderemos el viaje de regreso (190 km, 2 h).