En las tierras altas burgalesas limítrofes con la Cantabria pasiega se levanta por encima de los 1.700 metros esta sierra recóndita, perteneciente a la Merindad de los Monteros; las rigurosas condiciones climáticas de esta montaña y sus escarpadas laderas que caen en el Valle del Pas la otorgan un carácter alpino que contrasta con su proximidad a la costa cantábrica.
Las Merindades forman una comarca que se extiende y ocupa todo el tercio septentrional de la provincia de Burgos. Una privilegiada encrucijada en la que se alterna de manera casi mágica una inagotable sucesión de montañas, valles, bosques, ríos y desfiladeros.
A su paso por el macizo calizo de las Parameras de La Lora, el río Ebro ha tallado un espectacular cañón que en algunos puntos alcanza una profundidad superior a los 200 metros. Su relieve, la diversidad botánica y una increíble riqueza faunística convierten a estas serpenteantes gargantas burgalesas en uno de los espacios naturales más bellos, impresionantes y de un mayor valor ecológico de toda la Península Ibérica.
Recientemente declarado en el 2008 como Parque Natural, la labor erosiva de las aguas ha generado una impresionante sucesión de cañones, gargantas y desfiladeros que pueden llegar a alcanzar más de doscientos metros de profundidad, sin olvidar otros elementos como surgencias, resurgencias, relieves uniformes…, que hacen de este entorno un paradigma del modelado kárstico.
Viaje a Cilleruelo de Bezana (330 km) en el norte de la provincia de Burgos y cena en el alojamiento (incluida).
Atractivo recorrido que asciende por la línea de cumbres a la montaña más prominente de Burgos, partiendo del Portillo de Lunada (1.317 m) y transitando por la estrecha senda entre pastos alpinos y escarpes rocosos que nos llevará primero al Pico de La Miel (1.573 m) y seguidamente al Pico Castrovalnera (1.718 m), desde donde si el día es claro divisaremos la costa de Laredo.
La topografía escarpada de los cañones y los cortados calizos atravesados por los ríos Ebro y Rudrón hacen de este rincón natural del norte de Burgos uno de los más bellos de la península, además de uno de los más valiosos desde el punto de vista ecológico, ya que el excelente estado de conservación de sus masas arbóreas, sus múltiples surgencias kársticas y sus paredes verticales propician que especies emblemáticas de la fauna española como el Águila Real, el Halcón Peregrino o el Águila Perdicera encuentran en estos desfiladeros un excelente refugio.