Iniciaremos nuestra ruta en el lugar conocido como el Contadero -por ser el punto de mercadeo y encuentro entre los vecinos de ambas vertientes de la isla- ascenderemos al Alto de Garajonay (1.487 m) punto más elevado de la isla y desde donde podremos disfrutar de la mejor panorámica de la isla así como del Teide o la isla de la Palma. Después iniciaremos el descenso accediendo al interior del bosque de laurisilva a través del arroyo del Cedro entre viñátigos, hayas, laureles o acebiños que nos transportarán a un ecosistema único, debido a una atmosfera de umbría y humedad creada por el manto de estratocúmulos. Este mar de nubes hace que la humedad sea constante y que caminar entre estas especies se convierta en un paseo mágico. En nuestro caminar también atravesaremos bosques de brezos cargados de líquenes blancos, amarillos y naranjas que configuran, en medio de la bruma, un ambiente fantasmagórico.
Las nieblas casi perpetuas que encontramos en el Raso de la Bruma albergan un conjunto único de helechos, musgos y líquenes que reflejan la pureza del aire del lugar. Tras perder un poco de altura atravesaremos la mejor conservada manifestación de fayal-brezal del Parque Nacional de Garajonay. Una vez dejado atrás el camino conocido como Cañada de Jorge, zona que nutría de agua a las casas de Arure y donde aún se puede ver restos de explotación de carbón vegetal así como grandes saucos, pasaremos hacía la vertiente norte pasando por la población de Epina donde tomaremos el camino que nos llevará hasta el palmeral de Teselinde. A nuestros pies podremos ver el paisaje lunar de los Roques de los Organos. Continuaremos por el cordal hasta el mirador de Buenavista y desde allí descenderemos hacia la población de Vallehermoso, donde presumen de preparar las mejores papas arrugás con mojo picón de la isla.
Nuestra ruta de hoy circunda una de las zonas más impresionantes de Gomera, donde se encuentran los famosos Roques de Agando, Ojila, Carmona y Zarcita, así como la mejor muestra de Pinar Canario en nuestro caminar hacia el caserío de La Laja. Pasaremos por lugares históricos como la Degollada de Peraza, la ermita de las Nieves o los miradores de los Roques, desde donde podremos disfrutar de las vistas del Barranco de Benchijigua, uno de los más singulares del suroeste de la isla.
Nuestra ruta nos llevará nada más empezar a ascender a la magnífica atalaya de La Fortaleza, desde donde se domina la vertiente suroeste de la isla. Tras el deleite de las vistas nos dirigiremos a la localidad de Chipude, famosa por su artesanía y por parecer ajena al paso del tiempo, sin lugar a dudas uno de los rincones más genuinos de la isla. Si el tiempo lo permite y las fuerzas acompañan podremos descender por el Barranco más impresionante de la Gomera, el de Argaga, por el que una senda no siempre cómoda nos llevará junto a un continuo espectáculo volcánico que desemboca en la playa de Argaga, ya próximos a Valle Gran Rey.
Desde la parte alta, bajaremos por el viejo camino a Arure, dejando atrás el bosque de laurisilva para entrar en un mundo más seco y soleado, el denominado fayal-brezal. Dejando atrás la zona de bosques tropicales del interior, descubriremos la franja árida de los acantilados. Por preciosos caminos que comunicaban los valles de Taguluche y Gran Rey, remontaremos el cordal de la Mérica hasta alcanzar los últimos riscos con impresionantes vistas hacía el mar. Desde aquí tomaremos un antiguo camino que desciende hasta las playas de Valle Gran Rey.