Sicilia es una isla con una naturaleza tan deslumbrante y una riqueza artística y etnográfica tan apabullante que el visitante corre el riesgo de volver con la frustración de un conocimiento muy parcial de su realidad.
Sin embargo, existen al menos un par de lugares que por sí solos justifican plenamente el viaje a la isla: el primero sin duda el volcán Etna, una mole de 3.321 m de altura al lado del mar, con más de 600.000 años de actividad a sus espaldas, escupiendo fuego, variando el paisaje incesantemente y creando más fascinación que miedo a los sicilianos, que le llaman simplemente, "la montagna".
El Etna presenta un nivel de actividad tan elevado que el paisaje cambia de año en año, con nuevos cráteres y bocas abiertas, coladas, etc. Nuestro objetivo será, si se deja, llegar a la zona de los cráteres somitales, situados a 3.200 m de altitud.
Y como segundo lugar ineludible, a pocos kilómetros de la costa norte, se encuentran las Eolias, un rosario de islas volcánicas entre las que destaca Stromboli, que alberga el volcán más activo de Europa y donde no circulan coches ni existe alumbrado público que compita con el volcán.
En esta ocasión hemos prolongado la estancia en Stromboli a tres noches, un auténtico privilegio que resulta más sencillo de conseguir –y que también se disfruta más- una vez finalizada la temporada vacacional.
Nos acercaremos a conocer también la isla de Panarea, la más pequeña de las Eolias. En cualquier caso, la excursión nocturna para ver las explosiones del Stromboli será con toda seguridad lo más inolvidable de nuestra estancia en la isla.
Al norte de Cefalú –considerado en muchas guías como el pueblo más bonito de Sicilia- se alza la cordillera de la Madonie, la segunda en elevación tras el volcán Etna. La reserva que lo protege alberga la mitad de las especies vegetales de la isla, incluyendo acebos, hayas, robles y abetos y otras muchas en peligro de extinción.
No dejaremos de lado tampoco el patrimonio artístico siciliano. Podremos conocer el centro histórico de Catania, Palermo, Cefalú y Taormina.
A nuestra llegada nos trasladaremos a las faldas del Etna, donde haremos una excursión introductoria del singular ecosistema volcánico del Etna. Finalizaremos el día en nuestro alojamiento, cercano a la población de Nicolosi.
Hoy vamos a disfrutar de una de las dos rutas estrella del viaje, la ascensión a la zona somital del Etna. La forma más cómoda de hacerlo es tomando el Funivia (teleférico) del Etna que parte de la Plataforma Sur, lo que nos ahorrará unos buenos cientos de metros de ascensión.
Hay que tener en cuenta que la cota máxima permitida depende de la regulación vigente en ese momento por parte de la Protección Civil, que básicamente depende del nivel de actividad del volcán. En cualquier caso las opciones son muy variadas y todas interesantes.
Camino de Milazzo nos detendremos en Taormina, un afamado centro turístico desde el siglo XIX, que se halla en un balcón sobre el mar, enfrente del volcán Etna. Precisamente desde el teatro griego de Taormina se tiene una de las mejores postales del volcán en días claros.
El trayecto en barco Milazzo – Stromboli dura tres horas, pues a pesar de que se realiza en modernos y rápidos catamaranes, es la más distante de las Eolias.
A nuestra llegada y tras instalarnos en el hotel, daremos al atardecer un pequeño paseo hasta el llamado Observatorio, un lugar donde antes se encontraba un observatorio vulcanológico y ahora existe un restaurante desde donde es posible ver las explosiones del Stromboli mientras cenamos.
El giro della isola se puede hacer en alguna de las embarcaciones que se prestan a ello y que recalan en la encantadora población de Ginostra, al otro lado del volcán. De esta manera se puede tener una visión diferente de la isla y en particular de la Sciara de Fuoco, la ladera por donde el volcán arroja su material incandescente. Si la mar se presta, las embarcaciones llevan también a ver el cono fósil del Strombolicchio, que emerge solitario un centenar de metros mar adentro.
A las 17 h nos citaremos en la plaza con los guías locales que nos acompañarán hasta la cima del volcán.
Hoy nos desplazamos en abarco a la vecina y diminuta isla de Panarea para realizar una interesante ruta.
Con el primer barco de la mañana abandonaremos la isla rumbo a Milazzo, desde donde nos trasladaremos a Cefalú, un precioso pueblo de la costa norte de Sicilia cargado de historia y encanto, con estrechas calles medievales llenas de vida y rincones escondidos que tendremos tiempo de escudriñar a fondo.
El Duomo, de estilo normando es una auténtica preciosidad y es difícil no estar de acuerdo cuando se dice de ella que es de los pueblos más bonitos de Sicilia.
Una manera de tener una vista inusual de Cefalú y estirar un poco las piernas es subir al Templo de Diana, un antiguo emplazamiento ligado al culto al agua situado en lo alto de la Rocca de Cefalú, la montaña que preside la ciudad.
El Parco delle Madonie es un parque natural regional ubicado en la costa norte de Sicilia, que alberga algunos de los picos más altos de la isla, conocido por su impresionante vegetación verde y sus pintorescos pueblos medievales.
Traslado a Catania y visita del centro histórico hasta la hora en la que debamos trasladarnos al aeropuerto.