Como es habitual en los últimos veranos, seguimos programando nuevos destinos en el Pirineo francés, cuyo mayor verdor y boscosidad se agradece en esta época del año. Si el año pasado le tocó al turno al Ariège, este año descubriremos el Pirineo del Alto Garona, concretamente la comarca de Luchon, vecina del Valle de Arán.
Durante el viaje conoceremos uno a uno sus tres valles principales (Pique, Lys y Ôo) y añadiremos el de Louron, que pertenece ya al departamento vecino de Hautes Pyrénées. Estos valles descienden de la base de grande montañas como el Crabioules, Maupas, Gourgs Blancs y Bachimala, todos por encima de los 3.000 m. Salpicados de cascadas y lagos de origen glaciar, que junto al verdor de las praderas, forman el paisaje arquetípico del Pirineo francés, con el aliciente que de que el baño (para el que se atreva) está permitido.
Sin olvidar el otro gran atractivo de este lado de los Pirineos, los frescos hayedos por los que es una delicia caminar en verano, bajo el tamiz verde se sus hojas.
Estaremos alojados en esta pequeña ciudad balnearia, cuyas aguas comenzaron a explotar los romanos y ha sido punto de encuentro de grandes personajes como Napoleon III o Flaubert. La ciudad mantiene muchos de los edificios de la Belle Époque, con grandes zonas ajardinadas y paseos que hacen muy agradable la estancia.
Viaje a Luchon por el Valle de Arán, que atravesaremos de norte a sur hasta alcanzar el Col del Portillon, punto en el que cruzaremos a Francia. A poco de pasar el Portillon, el nivel C comenzará su panorámica ruta hasta Luchon, mientras que los grupos A y B llegarán al hotel también a pie, pero por un itinerario distinto, en el que no faltará alguna emcoción adicional, pues se debe cruzar el río Pique por un puente colgante de unos 30 metros de largo y una altitud similar sobre el río.
En la carretera que accede a la estación de esquí de Superbagneres, encontramos este valle que es uno de los destinos imprescindibles en una visita a Luchon. Punto de inicio de innumerables itinerarios, por los que se accede al refugio de Maupas, el Circo de Crabioules, los lagos glaciares Vert y Bleu y, lo que quizás sea la seña de identidad del valle, el barranco de l'Enfer, con sus abismos, estrechos y cascadas.
Vecino del valle de Saint Lary y fuera de la comarca del Luchonnais, este perfecto valle glaciar bien vale una visita, aunque solo sea por conocer el idílico escenario de Loudenvielle y su lago, tan integrado en el paisaje que nadie diría que es artificial.
El valle de Louron conecta con el valle de Chistau, en Aragón, a través del valle y el puerto de la Pez. No obstante, nuestras rutas transcurrirán por el vecino barranco de Clarabide, donde podremos admirar una de las obras hidroeléctricas más importantes de los Pirineos, bajo la atenta vigilancia del Pico Bachimala (3.171 m), el gigante que domina esta parte de los Pirineos.
El extraño topónimo de este valle, muy conocido entre los apasionados de los crucigramas, tiene su orígen en la palabra occitana "Eu", que significa lago de montaña. Así que el Lac d'Ôo es una reiteración etimológica, además de uno de los lago más bonitos del Luchonnais con acceso relativamente sencillo, y por tanto, punto de destino preferido de numerosos excursionistas, que acceden a él desde las Granjas d'Astau.
No será ésta la ruta de acceso de los grupos B y C, que llegarán a Ôo desde la estación de Superbagneres, completando un bello tramo del GR10. Por su parte, el grupo A comenzará desde el propio pueblo de Ôo pasando por Astau haciendo el itinerario clásico.
Terminamos el viaje a lo grande, conociendo uno de los lugares de mayor relevancia histórica de la zona, por su trasiego fronterizo entre los valles de Benasque, Arán y Luchón: el Hospice de France, cuyo orígen se remonta al Siglo XIII. Tres estupendas rutas en las que los grupos B y C podrán contemplar el Macizo de las Maladetas, y el grupo A disfrutará de uno de los itinerarios más completos y bellos, siguiendo los pasos de la Emperatriz Maria Eugenia de Montijo.
Saint Bertrand de Comminges, incluido en la lista de pueblos más bonitos de Francia, fue sede episcopal y posee una catedral gótica declarado Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad. Esta pequeña ciudad medieval fortificada, de cuya muralla se conservan algunos restos, es uno de los principales enclaves del Alto Garona y de toda Occitania. Una visita imprescindible, tras la cual emprenderemos el viaje de regreso.