Ciento cincuenta kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico, unas agrestes y oscuras montañas emergen frente a las costas de Noruega. Vistas desde el mar, parecen una cordillera alpina en mitad del océano, con cimas nevadas, fiordos y valles cortados a pico; son las Islas Lofoten y forman uno de los paisajes más fascinantes de Escandinavia.
Las Lofoten forman un archipiélago con dos mil islas e islotes, la mayoría deshabitados, que se estiran en paralelo a la costa continental noruega. Un vasto territorio en el que apenas viven unas veinticinco mil personas descendientes de las sagas vikingas, buena parte de ellas dedicadas a la pesca del bacalao, diseminadas en cabañas de madera de múltiples colores, solitarias o agrupadas en pequeñas aldeas.
La influencia de la corriente cálida del Golfo suaviza enormemente el clima en las islas, y al contrario de lo que ocurre en lugares situados en su misma latitud, como el sur de Groenlandia o el estrecho de Bering (Alaska), las aguas marinas no se congelan y permanecen abiertas incluso en invierno.
En primavera los paisajes se cubren de un verdor fulgurante que llega hasta la cima de las puntiagudas montañas, contrastando con el color oscuro de las rocas que las forman. Los senderos son a veces exigentes, pero como recompensa al esfuerzo, se obtienen panorámicas sorprendentes y luces extravagantes merced al sol ártico.
Factores como los bruscos cambios de tiempo y el carácter salvaje del territorio aumentan la dificultad de las rutas, que pese a tener desniveles moderados, no deben tomarse a la ligera. Además, en abril todavía encontraremos nieve en algunas zonas. Razón de más para llevar un ritmo tranquilo.
El guía de este viaje, José Ramón, lleva viviendo en las Lofoten en los últimos años, por lo que es un gran conocedor de las islas.
Vuelo al aeropuerto de Bodo, capital de la provincia de Nordland, donde nos alojaremos hasta la hora de salida del ferry al día siguiente.
Por la mañana embarcaremos en el ferry que nos llevará en un trayecto de 3 horas por el fiordo Vestf hasta el Puerto de Moskenes, en las islas Lofoten. Nuestro alojamiento se encuentran muy próximo a la población de Reine, situada en una hermosa bahía con acantilados y cumbres montañosas de fondo, concretamente en el pintoresco pueblo de “A”, último pueblo del archipiélago de las Lofoten, y donde podremos observar los primeros secaderos de bacalao, los antiguos rorbus, viejos refugios para pescadores, así como uno de los múltiples e idílicos lagos de las Islas Lofoten. Una vez alojados disfrutaremos de un sencillo paseo hasta los acantilados de Andstabb con bonitas vistas hacia el Mar de Noruega.
Hoy ascenderemos a una de las cumbres más famosas de las Lofoten, el Monte Reinenbringen. Si bien la distancia y el desnivel parece menor, este humilde monte nos sorprenderá desde el principio, ya que una subida directa y que desde lejos parece casi imposible, nos llevará por un precioso camino hasta coronar su cumbre, desde donde podremos disfrutar de una de las panorámicas más impresionantes de la isla, con la población y el fiordo de Reine a nuestros pies, que según la revista National Geographic es una de las más bonitas del mundo
Hoy saldremos caminando desde muy cerca de nuestro alojamiento para realizar la que es considerada por los lugareños como la excursión más famosa de las Islas Lofoten, no en vano es frecuente encontrarse con grupos de montaña noruegos realizando esta ascensión, que coincide con la primera etapa de una travesía por el oeste de la isla, a la que sólo se puede llegar en barco o caminando. Una vez en el refugio que suele estar rodeado de pequeños neveros disfrutaremos de una perspectiva espectacular, a nuestros pies el lago de Tennes, frente a nosotros los de Krok con sus múltiples cascadas y el monte Hermannsdaltinden (1029 m) máxima altura de la isla de Moskenes y a nuestra derecha las cimas del Monte Munken y Tennestinden, setecientos metros por encima del fiordo Fors, difícil de olvidar este lugar.
Hoy dividiremos el día en dos partes, por la mañana realizaremos una ruta por la famosa bahía de las ballenas, Kvalvika, y tras la ruta nos desplazaremos hasta el genuino pueblo de pescadores de Nusfjor, donde podremos disfrutar de alguno de sus cafés de pescadores, para después dar un agradable paseo hasta el Faro de Nusfjord.
Por la mañana recogeremos nuestras cosas y nos desplazaremos hasta el tradicional pueblo de pescadores de Stamsund, ya en la isla de Vestvagoya, unido a la isla de Moskenes por un tunel bajo el Canal de Gapet. Tras alojarnos ascenderemos al Monte Steinetinden, máxima altura de las montañas de Apnesfjellet. Ascenderemos por un precioso camino hasta alcanzar unos balcones naturales situados sobre la bahía de Hellvika y Stamsund.Desde la cima podremos disfrutar de una magnífica panorámica de la isla de Vestvagoya.
Continuaremos nuestro periplo entre islas y hoy nos trasladaremos a la isla de Vagan, donde nos acercaremos a la famosa cima de Svolvaervatnet (La Cabra de Svolvaer) un inconfundible monolito rocoso visible desde la ciudad, y cuyas dos cumbres están separadas por apenas dos metros y donde sólo los más osados montañeros se atreven a saltar de una a otra cumbre. Por la tarde visitaremos la famosa población de Henningsvaer, la Venecia de Las Lofoten, aunque resulte exagerado el apodo, este bohemio y activo pueblo de pescadores es el lugar más llamativo y de moda del archipiélago, donde veraneantes, surfistas, artistas y pescadores han sabido convivir, creando un ambiente muy dinámico, único en la isla.
Emplearemos la mañana en regresar hasta el puerto de Moskenes desde donde parte nuestro ferry a las 14 h rumbo a Bodo. A nuestra llegada nos trasladaremos al mismo albergue que utilizamos en el viaje de ida.