Comenzamos la ruta en el Lago Yuno, que bordeamos para pasar a continuación junto a la cascada de Yutaki, donde el río Yukawa desliza sus aguas sobre un escalón rocoso. El sendero acompaña el río Yutkawa durante algunos kilómetros más hasta llegar a las preciosas cascadas Ryuzu, poco antes del Lago Chuzenji.
El Parque de Nara tiene unos 1.700 cerezos, además de sus famosos ciervos en libertad. A la espalda del parque se eleva el Monte Wakakusa, con una gran ladera herbosa que es incendiada de forma ritual cada invierno. Tras ascender a este estupendo mirador de la ciudad, regresaremos al Parque para admirar algunos templos, entre los que que destaca Todai Ji, templo budista construido a mediados del año 700, con la estatua de bronce de Buda más grande de Japón.
El lago Saiko es uno de los cinco que rodean al Fuji en su vertiente norte y punto de partida de esta ruta en la que alcanzaremos un cordal montañoso de modesta altura (en torno a los 1.600 m) pero con impresionantes vistas del Fuji, los lagos y la ciudad de Fujiyoshida. La vegetación es exuberante y la subida al Monte Kenashi bastante empinada, por lo que iremos con la debida calma. Tras alcanzar la cima del Monte Kenashi, la ruta depara también momentos de aventura en el cordal que se dirige al Monte Junigadake, con pasos en los que tendremos la ayuda de cuerdas, cables e incluso un pequeño puente de colgante.