El Espacio Natural Alto Sil es uno de los principales paraísos naturales de la península ibérica, y a pesar de ello, permanece desconocido para la inmensa mayoría. En este territorio se encuentra la principal población del urogallo cantábrico y una de las principales del oso pardo.
El Alto Sil es, además, un paraíso para el montañero que busca combinar montaña y naturaleza en estado puro, con el privilegio añadido de poder recorrerlo sin masificaciones. Es un territorio muy modelado por la erosión glaciar -aquí se encontraba la principal masa glaciar de la Cordillera Cantábrica- y de enormes desniveles, atravesado por numerosos valles donde se asientan pequeños pueblos que aún conservan buena parte de su arquitectura tradicional.
El Alto Sil se ubica en la comarca leonesa de La Laciana, que limita con Somiedo (Asturias) y las comarcas de Babia, Luna y el Bierzo, que además del Sil está irrigada por el río Omañas, tributario del Órbigo. Estamos en uno de esos rincones esenciales de La Cantábrica, rodeado de valles de más renombre pero no más interés. Pero además de sus preciosos paisajes salpicados de cristalinos arroyos, en La Laciana encontramos ruinas medievales, castillos templarios, recónditas aldeas de pizarra en cuyo interior el tiempo parece haberse detenido, o restos de médulas para la extracción de oro en la antigüedad.
Nos despedimos de la montaña leonesa caminando por una de las sierras más desconocidas, la de Valdeprado, no en vano es al abrigo de estos montes donde se encuentran una de las poblaciones de Oso Pardo más importantes de la Cordillera Cantábrica. Subiendo al Pozo Cheiroso podremos disfrutar de uno de los rincones más solitarios y desconocidos del Alto Sil.
Tras la ruta iniciaremos el viaje de regreso.