Muntania Outdoors te propone descubrir los rincones más emblemáticos de la isla de La Gomera. Durante una semana recorreremos algunos de los caminos de la extensa red de senderos, para unir el paisaje de mar y montaña y disfrutar del sol y de una rica gastronomía.
Una de las joyas de la Gomera es el Parque Nacional de Garajonay, lugar muy especial el cual disfrutaremos durante nuestro viaje.
Caminaremos ligeros de equipaje, sólo con lo necesario para pasar la jornada y pasaremos las noches descansando en un apartamento/hotel.
Tras aterrizar en Tenerife nos desplazaremos hasta el Puerto de los Cristianos donde tomaremos el ferry que nos llevará hasta San Sebastián de la Gomera, desde donde iremos por carretera hasta nuestro alojamiento en Valle Gran Rey.
Comenzamos nuestro viaje por la Isla de la Gomera disfrutando del corazón de la misma, el Parque Nacional de Garajonay, y concretamente de su ruta más importante, la que nos llevará al punto más alto de la isla, el Alto de Garajonay (1.487 metros) y al mágico bosque de laurisilva que lo envuelve.
Hoy conoceremos una de las rutas más apreciadas del Parque Nacional de Garajonay. Las nieblas casi perpetuas que encontramos en el Raso de la Bruma, situado en la divisoria de las dos vertientes de la isla, lugar donde se inicia el camino, condiciona la exuberancia de la vegetación que alberga esta zona. La presencia de especies como la col de risco, el alamillo y la melosilla, así como abundantes helechos, musgos y líquenes nos habla de la humedad de estos bosques.
Gomera es una isla volcánica creada por acumulación de materiales emitidos en diferentes periodos eruptivos que destaca por una espesa cobertura vegetal que dificulta visualizar la geología de la isla. Sólo la erosión de dichos materiales han puesto en escena los famosos Roques, chimeneas volcánicas que aportan una personalidad indiscutible a la geografía gomera. Nuestra ruta nos permitirá conocer los famosos Roques de Agando, Ojila, Carmona y Zarcita, así como la mejor muestra de Pinar Canario
Fortaleza es el nombre que reciben determinadas montañas, de paredes rocosas y cima más o menos plana, asemejadas a un baluarte. En el suroeste de la isla se localiza la cima de la Fortaleza, refugio de los últimos guanches en la época de la colonización. El único acceso a ella es un estrecho y empinado paso que puede ser fácilmente bloqueado. Se han hallado numerosos yacimientos arqueológicos precoloniales en la cima, que han llevado a interpretar la Fortaleza como una montaña sagrada, en la que también tenían su morada estacional los pastores indígenas.
Creces es como se denominan los frutos de las enormes fayas o hayas que pueblan la zona más alta del bosque de Laurisilva y que han dado nombre a esta senda que nos adentrará en un mundo vegetal en franco dinamismo. Conoceremos las acequias que alimentan de agua los caseríos gomeros, gracias a la función de esponja de estas montañas, así como los espectaculares cambios de paisaje que ofrece la isla. Completaremos el día caminando por el cordal de la Mérica, con excelentes vistas sobre el Valle del Gran Rey y la costa oeste de la Gomera, la más desconocida.
Por la mañana embarcaremos en el ferry a Tenerife. Una vez allí nos trasladaremos hasta el aeropuerto donde tomaremos el vuelo de regreso.