Situado en el centro de la cordillera pirenaica, rodeado de cumbres de 3.000 metros, en la provincia de Lérida, junto a la de Huesca y Francia, el de Arán es, posiblemente, el valle más singular de todos los Pirineos. Casi toda la frontera entre España y Francia suele recorrer el eje pirenaico, pero esta comarca, donde nace y recorre sus primeros kilómetros el Garona, uno de los principales ríos franceses, se sitúa en la vertiente norte o francesa de la cordillera. Su pertenencia secular a condados y reinos peninsulares hasta llegar a la actualidad ha dotado al valle de un aislamiento y una identidad propios, con la conservación de su joya linguística, el aranés y de un excepcional patrimonio cultural que se materializa en el tipismo de sus pueblos engalanados con sorprendentes iglesias románicas.
Es un hecho que los equipadores españoles están haciendo cada vez mejores trabajos de diseño y ejecución de vías ferrata. La recién instalada Poi d’Unha lleva el sello de los equipadores de la magnífica Tossal de Miravet, a la que han superado con este itinerario: nada menos que 800 m de vía, variada, progresiva, divertida y montada sobre un escenario de montaña espectacular. A pesar de que la dificultad del último tramo es K4, es una vía apta para iniciación, pues tiene dos tramos previos más sencillos y en todos ellos es posible abandonar.
El mismo sábado tendremos la oportunidad de completar el día con la primera ferrata construida en el valle, la ferrata de Les. Y el domingo visitaremos la menciona Tossal de Miravet. Muy bien concebida, la vía ferrata del Pont de Suert se divide en tres tramos con sus respectivos escapes. Sorprende por su duración y pasos variados, que incluyen, puentes, una tirolina y tramos de escalada.
Instalada en 2014 por los mismos creadores de la ferrata del Tossal de Miravet (que haremos mañana) esta preciosa vía tiene todos los elementos para convertirse en uno de los referentes de España: longitud, paisaje, variedad y progresividad. Siendo una K4, sus tres tramos van de menos a más y tienen caminos de abandono, razón por la que es apta para iniciarse.
No encontraremos pasos excesivamente deportivos, la principal dificultad de la vía radica en su longitud, su largo regreso y su situación cercana a la alta montaña
Segunda ferrata opcional por la tarde (Ferrata de Les).
Poi d’Unha, con su aproximación y el largo descenso, es una actividad exigente que puede colmar perfectamente las aspiraciones de un día, dejando la tarde para descansar y disfrutar de la animación de Viella.
Pero no estaría bien tampoco, que habiendo viajado hasta el Valle de Arán, no ofreciéramos una segunda ferrata opcional para la tarde, sobre todo teniendo el interés de esta vía, la primera instalada en el Valle.
Camino ya de regreso nos detendremos en la localidad leridana de Pont de Suert para realizar la última ferrata del viaje, el Tossal del Miravet, muy bien concebida, y que como la de Unha se divide en tres tramos con sus respectivos escapes. Sorprende por su duración y pasos variados, que incluyen, puentes, una tirolina y tramos de escalada. Un broche de oro insuperable.