Kirguistán es el hogar de las magníficas cordilleras Tien Sham y Pamir - Alai, que ocupan el noventa por ciento del territorio de esta hermosa tierra del corazón de Asia Central. Con una treintena de cimas de más de cuatro mil metros y alguna que incluso supera los siete mil, su impresionante paisaje rinde honor a su definición como la tierra de las Montañas Celestiales.
El objetivo de este viaje es el rincón suroeste del país, junto a la frontera con Tajikistán. Aquí se alza una de las estribaciones más espectaculares del sistema del Pamir Alai, la cordillera del Turquestán, que toma el nombre de la histórica región del Asia Central que se extendía entre el Mar Caspio y China.
Estas montañas, frecuentadas solo par algunos escaladores y alpinistas, es considerada como la "Patagonia asiática" por las grandes paredes de granito y agujas rocosas que compiten sin rubor con el Cerro Torre o el Fitz Roy. Un territorio salvaje donde imperan las aguas cristalinas, los glaciares, los prados alpinos y las manadas de yaks.
Durante diez días nos internaremos en las montañas, sin pasar por ninguna población, montando campamentos, la única forma posible de recorrer este remoto territorio.
Una travesía circular en la que pasaremos por un collado a más de cuatro mil metros (Ak Tubek Pass, 4.390 m) y nos internaremos en dos valles glaciares para admirar los verdaderos protagonistas de este trekking, los gigantes de la Garganta de Karavshin y el circo montañoso de Ak Suu.
Los kirguises, como la mayoría de los pueblos de Asia central, han sido tradicionalmente nómadas, una forma de vivir que sigue muy enraizada hoy día.
En nuestro viaje tendremos la oportunidad de acercarnos a su cultura y tradiciones, que el aislamiento que ocasiona una geografía altamente montañosa ha ayudado a preservar.
Kirguistán tiene frontera con China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, pero lo que más define a este país es el haber estado históricamente en el cruce de varias grandes civilizaciones como parte de la Ruta de la Seda y otras grandes rutas comerciales y culturales. Alcanzó su soberanía tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991 y comparte fuertes lazos culturales e históricos con Turquía, de hecho, su idioma el Kirguís está estrechamente relacionado con las lenguas de raíz turca.
Una vez en Biskek tomaremos un vuelo doméstico (incluido en el precio) hasta la ciudad de Osh donde nos alojaremos. Dependiendo del horario de llegada, haremos una visita por el centro de la ciudad y nos acercaremos hasta un mirador situado en la Montaña de Suleimán desde donde podremos apreciar la pequeña mezquita de Babur y una panorámica de la ciudad de Osh.
Tras el merecido descanso abandonaremos la ciudad de Osh y tras recorrer 120 kilómetros (4 horas), haciendo una parada para visitar la ciudad de Batken, llegaremos a la población de Uzgurush.
Uzgurush es un pequeño pueblo de montaña cuyos pobladores se dedican a la cría de animales, el cultivo del tabaco y el cuidado de algunos albaricoqueros de fruta realmente deliciosa (en su modalidad seca se denomina kuraga).
Último reducto de civilización antes de adentrarnos en las montañas, en las que solo veremos pequeños asentamientos nómadas, totalmente autosuficientes, pues fabrican ellos mismos el pan y las bolas de yogur semi-sólido que constituyen su dieta básica.
Jornada en la que nos adentraremos en la Garganta de Karavshin, regresando al mismo campamento.
Por la mañana iniciaremos el viaje a Osh y volveremos a detenernos en Batken, pequeña ciudad capital de la provincia en la que esta vez haremos una visita guiada.
Por la tarde seguiremos viaje hasta la población de Osh donde tomaremos el vuelo hacia la ciudad de Bishkek donde nos alojaremos.