El Manaslu (8.163 m), la octava montaña más alta del mundo, se encuentra en Nepal, junto a la frontera con el Tibet. Pese a su relativa cercanía a Katmandú, la zona ha estado cerrada al turismo durante muchos años y solo recientemente ha empezado a ser visitada, aunque permanece prohibida para los senderistas solitarios sin guía.
Para muchos, el Manaslu es el mejor circuito que puede hacerse hoy día en Nepal sin hacer campamentos, la gran alternativa al trekking de los Annapurnas. La razón hay que buscarla en la combinación de paisajes absolutamente estremecedores, una exigencia física moderada, un entorno salvaje muy bien preservado y la comodidad de contar con albergues (los llamados tea houses) durante todo el recorrido.
Partiendo de la población de Arughat Bazaar, nos internaremos en el valle de Buri Gandaki, entre arrozales y vegetación sub-tropical. Paulatinamente la garganta se va estrechando y el río se abre paso entre enormes paredes verticales en los que el camino avanza por lugares insospechados, tallados en la roca unas veces, con la ayuda de atrevidos puentes colgantes otras.
Los pueblos, cada vez más remotos, dejan ver una influencia tibetana creciente según nos acercamos a la frontera; los gigantes nevados del Himalaya van asomando sobre nuestras cabezas: primero el Himal Chuli y el Ganesh Himal, después el gran Manaslu es todo su esplendor, al que podremos casi tocar.
Entre estupas y piedras Mani grabadas con mantras, llegamos al climax del trekking, el paso de Larkya La, (5.106 m) con un panorama inabarcable de glaciares y montañas de siete y ocho mil metros. En este punto comienza el descenso hacia el valle de Marsyangdi, un tramo común con el famoso trekking de los Annapurnas. En Dharapani, vehículos todo terreno nos llevarán a Besisahar, evitando así las tres últimas etapas por las que transita la pista y que harían excesivamente largo y pesado el trekking.
Aunque la popularidad del circuito va en aumento cada año, el Manaslu recibe todavía una porción ridícula de visitantes si se compara con otros más clásicos como Annapurnas o Everest.
El viaje no deja de lado el aspecto cultural y reserva un día para visitar, antes de partir a la montaña, lo más destacado de Katmandú; y a la vuelta, otro día dedicado a Bhaktapur, como colofón perfecto a nuestra experiencia en los Himalayas.
Nuestro guía y organizador local, que habla español, nos trasladará a nuestro alojamiento en Katmandú.
Jornada dedicada a visitar los lugares más interesantes culturalmente de la ciudad de Katmandú.
Primero nos desplazaremos a Pashupatinath, lugar sagrado y de peregrinación y donde se incineran a los muertos según la religión hindú. Nuestro siguiente destino será Boudhanath, la estupa más grande del budismo tibetano, frente a la cual almorzaremos. Tras la comida y el descanso nos trasladaremos a Swoyambhunath (popularmente conocido como Templo de los Monos) situado en la cima de una colina con preciosas vistas sobre Katmandú. Finalizaremos esta intensa jornada con la Plaza Durbar, algunos de cuyos monumentales edificios fueron seriamente dañados por el terremoto de 2015. Sin embargo, allí sigue, por ejemplo, la casa de la diosa viviente Kumari, que podremos visitar.
La relativa cercanía del Manaslu a Katmandú hace innecesario un vuelo interno, como sucede en otros trekkings de Nepal. Sin embargo, los apenas 130 km que separan la capital Arughat Bazaar son un tortuoso camino se carreteras rurales que puede llevar unas cinco horas.
Comienza esta gran aventura que se va a prolongar durante catorce días, en la que los nueve primeros consistirán en remontar el curso del río Buri Gandaki.
Tras la caminata del día, en Tatopani nos espera el premio de poder relajarnos en sus piscinas termales hasta la cena.
Al poco de comenzar cruzamos a la vertiente opuesta por un puente suspendido. El valle se estrecha por momentos, las grandes paredes verticales comienzan a aparecer y el camino las sortea como puede.
Primera de las etapas exigentes; nada menos que 21 km y mil metros de desnivel nos esperan.
Entre chortens y cultivos aterrazados de cebada, el camino sigue subiendo –hoy tenemos el mayor desnivel de todo el trekking- con estupendas vistas del Ganesh Himal, hasta llegar finalmente a Lho, donde disfrutaremos de un merecido descanso.
Pasando la población de Shyala empezamos a tener las mejores vistas del imponente Manaslu –que parece que se pueda tocar- perspectiva que se va a mantener durante todo el recorrido hasta Samagaon.
Tras seis etapas, algunas de ellas exigentes, es momento de parar un día el avance de trekking.
Aquéllos que se encuentren fuertes y con ganas podrán acercarse con el guía a conocer el Campo Base del Manaslu. Y los que prefieran reservar fuerzas podrán quedarse en Samagaon y visitar el monasterio budista o encaramarte a algunas colinas cercanas donde poder retratar a gusto el Manaslu o el propio pueblo de Samagaon.
Hoy llegaremos al núcleo habitado más remoto del trekking, Samdo, donde apenas viven 200 personas en unas cuarenta casas soportando condiciones verdaderamente severas.
Cruzamos pequeños arroyos antes de que el glaciar Larke repentinamente se aparezca al frente, poco antes de llegar Larkya Phedi, también llamado Dharmashala por la gran piedra que servía como una especie de refugio.
Llega la etapa reina del trekking. No es ni la más larga ni la de mayor desnivel, pero vamos a pasar un collado a más de 5.000 m, razón suficiente para que merezca este calificativo. Hoy toca subir más pausadamente que nunca y dosificar fuerzas.
La ruta de hoy, la de mayor longitud y la de mayor desnivel de descenso, marca el final del trekking.
Traslado en vehículos todo terreno de Dharapani a Besisahar, localidad donde se incia el trekking de los Annapurnas, o más bien donde se iniciaba antes de la construcción de la carretera a Manang. Noche en lodge en Besisahar.
Partida bien temprano para emprender el viaje por carretera de Beshisahar a Katmandú (180 km), que dura unas siete u ocho horas.
Como colofón al viaje haremos una de las visitas imprescindibles cuando se visita Nepal, Bhaktapur, la ciudad de los devotos. A apenas 15 km de Katmandú, llegar a Bahktapur significa escapar del caos de Katmandú. Aquí parece que el tiempo pasa más lento. La gente local se reúne en las plazas a hablar, ver con mirada curiosa a los turistas o simplemente dejar pasar el tiempo. Pareciera que el tiempo se detuvo hace siglos aquí, y su patrimonio histórico es tan extenso que merece una visita tranquila a la qeu dedicaríamos la jornada completa.