La primera etapa de la Selvaggio no puede ser más sugestiva y al mismo tiempo, más premonitoria de lo que nos espera los días sucesivos. Sin dificultades técnicas, sólo tendremos que caminar por espectaculares senderos que se cuelgan sobre el mar.
Con la vista puesta en la punta Giradilli, que se alza justo delante de nosotros, tomaremos altura para bordearla por el interior por la “Cengia Giradilli”, una antigua “mulatiera” (camino para caballerías) que sobrevuela cortados de más de 300 m.
Llegados al Cuile Despiggius alcanzamos la altura máxima de la etapa e iniciamos el descenso, bordeando la línea de acantilados, a Portu Pedrosu y Portu Cuau, donde finalizamos.
El itinerario atraviesa varios "bacus" (barrancos) antes de la ascensión a la Punta Salinas (466 m) que nos sitúa justo encima de la mítica Cala Goloritzé, que con su famosa aguja rocosa es una de las postales del Golfo de Orosei y de toda Cerdeña.
Descenso a Cala Goloritzé donde finalizamos.
Tramos de escalada:
Varios tramos de III grado sin protección
Rappel de 15 m
Tramos de III+ protegidos
El estrecho de “Sa Nurca” da paso al primer rápel (23 m) por el que descendemos al Bosque de Biriola, un precioso y denso encinar que nos impedirá ver el cielo durante un buen rato.
El paseo tranquilo dura poco pues al final del bosque debemos remontar paredes rocosas con algún tramo de IV e incluso de IV+, pero con presencia de cadenas para facilitar la progresión o asegurar el paso, a los que siguen después el resto de rápeles, algunos de longitud considerable, que nos depositan en la maravillosa playa de Cala Sisine.
Tramos alpinos
• Varios tramos de III grado sin protección
• Algún tramo de IV / IV + protegido con cadenas
• Cuatro rápeles de 23 m, 40 m, 40 m y 20 m
La Via Ferrata di Goloritze no es una Via Ferrata turística, sino una variante salvaje de la ya de por sí salvaje travesía Selvaggio Blu. Para evitar algunos pasajes de escalada que tiene el itinerario normal, que va más por el interior, un grupo de guías liderados por Marcello Cominetti equipó en 2015 esta breve Via Ferrata que, sin separarse de la costa, permite superar un saliente rocoso que de otra forma sería infranqueable.
Tras la ferrata se recupera el trazado oficial y por antiguos caminos de carboneros, a veces reforzados con troncos de enebro, continuamos por la cresta de la Serra Lattone hasta alcanzar la cota máxima del día en la Punta Lattone (588 m)
Como en las etapas anteriores, en la segunda parte de la ruta iniciamos el descenso hacia el mar. Alcanzar el punto donde dormiremos hoy implica atravesar toda una línea de repisas, a veces estrechas (hay que avanzar con precaución) , otras anchas y con grandes bóvedas sobre nuestras cabezas y grutas hacia el interior de la montaña.
Desde el aparcamiento de la Codula de Sisine se llega en apenas 20 minutos a Cala Sisine y por el sendero de la Selvaggio Blu se alcanza en dos horas la gran muralla de Plumare, donde comienza la ferrata. En un saliente estrecho, los pasajes más expuestos y peligrosos están protegidos con un cable, pero se recomienda usar una cuerda adicional. El paso más expuesto es de unos 30 metros de largo. Al final de la repisa, se requiere bajar por un grado IV para alcanzar el punto de anclaje al primer rodeo (35 m). Caminando 10 metros en la cornisa debajo del segundo descolse (55m) se toma el camino del Selvaggio Blu, que regresará al punto de partida. Siguiendo este camino hacia el norte, hay dos caídas adicionales de grado IV para escalar o descender. Un rappel más (45m) lleva a la madera gruesa debajo. Caminando en la misma elevación, es posible llegar a un saliente corto con el último descenso (20 m) que lleva a los Cuile Piras. Desde el Cuile el camino grande lleva de regreso a la playa (50 minutos).