Comenzaremos el día ascendiendo al pueblo abandonado de Esclangon, nuestro camino transita entre vegetación típica mediterránea que nos acompañará en la ascensión a este bello lugar, donde una de sus casas ha sido recuperada como refugio del arte por el artista Andy Goldsworthy. Desde la parte alta podremos disfrutar de una bella panorámica sobre el corazón de esta reserva natural, destacando el denominado “vélodrome” del río Bes, una de las zonas erosionadas más bellas de Francia y donde se encuentra la famosa Vela de Facibelle, una roca de arenisca de más de 50 metros de altura en forma de vela de barco, que destaca sobre un hermoso bosque de hayas.
Siguiendo senderos y pasarelas, recorreremos los más bellos rincones de este Parque Natural, auténtico emblema de la Provenza. Por el interior de la Garganta del Verdon corren las aguas de color turquesa del río del mismo nombre, entre magníficas paredes verticales, sucediéndose a nuestro paso diferentes tajos vertiginosos, marmitas de gigante, enebros tricentenarios, hayedos y múltiples grutas, lo que han hecho de la Garganta del Verdon el ser considerada como uno de los cañones más bonitos de Francia.
Nota: Los escalones del perfil de ruta no son reales y están causados por errores de lectura del GPS por lo angosto de la garganta.
A los pies del Macizo de Puget los acantilados y calas se suceden formando un paisaje de postal. Nuestra ruta comienza en Citeme, desde donde ascenderemos hasta el collado de Gardiole, paso natural hacia las calas de Cassis. Tras alcanzar el collado emprenderemos el descenso hasta el Calanque d´en Vau, una especie de fiordo con aguas color esmeralda de gran belleza, donde nos podremos bañar, a la vez que nos deleitamos con las formaciones caprichosas que aparecen frente al mar, como el Doigt de Dieu (dedo de Dios) y que son un auténtico paraíso para los escaladores. Continuaremos la ruta ahora cerca de la costa hasta nuestro alojamiento en Cassis, pasando por las Calanques de Port Pin y Port Miou.
En el corazón del Macizo de Louberon encontramos la pequeña garganta de l'Aigebrun, un idílico paraje habitado desde el neolíticoen el que la historia se muestra a cada paso; pasaremos por las ruinas del imponente fuerte medieval de Buoux, cuevas habitadas desde hace milenios y lugares mágicos como el precioso mantial de la Baume de l'Eau.
Partiendo del hermoso pueblo de Trigance alcanzaremos el mirador de Rancoumas, sin duda el mejor para admirar a vista de pájaro el cañón de Verdon en su parte más abrupta. Tras recorrer un trecho al borde de los grandes acantilados regresaremos a Trigance por un camino diferente, completando una ruta inolvidable y enormemente variada.
Este macizo que casi toca Marsella es un laberinto rocoso paraíso de escaladores, con agujas, cuevas y pasos escondidos, muchos de ellos protegidos con cables y otras ayudas. La ruta trazada es meramenete orientativa y la adaptaremos al grupo.