Ordesa y el Sobrarbe
Bujaruelo - Ordesa - Añisclo - Aínsa - Pineta - Ermitas de Tella
Senderismo
Cultura
Exigencia física
Baja / MediaÉpocas recomendadas
VeranoRango de duración
5 díasPróximas fechas
Sin fecha de programación prevista.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El mayor macizo calcáreo de Europa Occidental fue sometido durante el cuaternario a una profunda erosión glaciar que moldeó su peculiar morfología: farallones verticales y fajas horizontales se alternan en laderas que salvan centenares de metros de altitud entre las planas cimas y el fondo de los valles. Un paisaje del que el valle de Ordesa es el mejor y mayor exponente. Descendiendo desde la base del propio Monte Perdido, forma un profundo cañón que gira casi 180 grados para unirse con el de Bujaruelo. Este paisaje se caracteriza por grandes contrastes, como la extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, y los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos.
Aínsa y el Sobrarbe
Nos alojaremos en Aínsa, localidad con un conjunto arquitectónico y urbanístico de gran valor y capital del Sobrarbe, una comarca que tiene dentro de sus límites una parte del Parque Nacional Posets- Maladetas, otra de Guara y la totalidad del Parque Nacional de Ordesa. Estamos pues ante una comarca pirenaica de los pies a la cabeza, con un buen rosario de sierras pre-pirenaicas y una de las partes más vigorosas del Pirineo Central, donde nacen los ríos que la drenan de norte a sur, todos ellos afluentes del Cinca, como el Ara o la Cinqueta.
Ordesa, Bujaruelo y Pineta
Desde la cima del Monte Perdido, los tres valles glaciares que recorren el Parque Nacional de Ordesa aparecen como tajos cortados a cuchillo en la roca caliza. Los tres son nombres propios en los Pirineos que no necesitan casi presentación y dedicaremos una jornada a cada uno de ellos, para conocerlos en profundidad.
Programa
Viaje a Torla (465 km), una de las localidades más bellas del Parque Nacional de Ordesa, en cuyas proximidades se encuentra Bujaruelo, el despoblado valle donde nace el río Ara. En otros tiempos, Bujaruelo estuvo poblado al levantarse en su interior el Hospital de San Nicolás, construido en torno al 1150 por la Orden de los Hospitalarios y alrededor del cual hubo población permanente hasta el siglo XVIII.
Tras la ruta nos trasladaremos a Aínsa (45 km) donde se encentra nuestro hotel.
Hoy dedicaremos el día a caminar por el que para muchos es el rincón más bello del corazón de los Pirineos: el valle de Ordesa. Son quince kilómetros de belleza desbordada entre paredones pétreos de imponente verticalidad y circos glaciares como los de Cotatuero, Carriata y Soaso, que podremos admirar desde la ruta más famosa del valle, el camino a la Cola de Caballo.
Por la tarde nos detendremos en Torla para poder visitar este encantador pueblo pirenaico.
Añisclo es un impresionante valle, que en su cabecera tiene un amplio circo glaciar, pero que posteriormente se encajona en un profundo cañón, fruto de la acción kárstica del agua del río sobre la roca caliza, en una sucesión de bellos toboganes y cascadas.
Hoy tendremos que madrugar bastante para tomar un autobús del Parque Nacional que nos llevará hasta Cuello Arenas, en la zona superior del Cañón de Añisclo, pero el esfuerzo bien merecerá la pena.
El de Pineta es uno de los valles más grandiosos del Pirineo. La imponente altura de las cumbres que lo rodean sobrecoge al caminante con paredes y cortados de más de mil metros. Tras recorrer el valle, dispondremos de la tarde libre para visitar Aínsa, uno de los pueblos más y hermosos de la comarca del Sobrarbe.
Fuera ya del Parque Nacionald e Ordesa, la última ruta nos llevará a conocer uno de los pueblos más pintorescos del Pirineo, Tella, famoso por sus ermitas, su dólmen y por una cueva donde se encontraron restos del Oso Cavernario, pero sobre todo, por las leyendas de brujas que por lo visto vivieron allí. Al finalizar la ruta emprendermos el viaje de regreso.