Montenegro es uno de los lugares geográficos más pintorescos del mundo. Esta aseveración, que puede parecer exagerada, no es gratuita en absoluto. Cualquier viajero o turista que le haya dedicado unos días, quizás en el transcurso de un viaje por países de la zona, vuelve sorprendido. No en vano, la bahía de Kotor, el fiordo más meridional de Europa, es uno de los lugares más hermosos de la costa adriática y a la vez, un claro indicio de lo que el país guarda en el interior para el que quiera ir en su busca: un desconocido territorio de montañas, bosques y lagos.
Su capital, Podgorica, se asienta en una de las pocas planicies. El resto son afiladas crestas, profundos barrancos y montañas cubiertas de bosques oscuros que dieron origen al nombre del país: Montenegro. Las montañas negras que divisaban los venecianos desde sus barcos no eran otras que los Alpes Dináricos, que desde el norte se escalonan hacia la costa y son los responsables del relieve, intrincado al punto de que se requieren 7 u 8 horas para cruzar su diminuto territorio, del tamaño de la provincia de Burgos; y por otro lado, tan favorable para el contrabando y la piratería, una tradición histórica que salvó a la población del hambre durante la guerra serbio-bosnia.
A pesar de su pequeña superficie, Montenegro cuenta con cuatro Parques Nacionales. Biogradska, el más pequeño, contiene un impresionante bosque mixto que rodea el bucólico lago de Biogradska. Durmitor encierra las mayores alturas globales de los Alpes Dináricos, aunque no la absoluta -que por pocos metros se encuentra en la frontera con Albania- Más de 18 lagos glaciares, entre ellos el más fotogénico de todos, el Lago Negro, y multitud de picos que superan los 2.300 m, de aspecto desafiante por su morfología caliza, hacen de Durmitor el centro alpino de Montenegro. Es más, si Zabliak, la población más cercana, no es ya una de las capitales del montañismo en Europa, es por puro desconocimiento. Para los amantes de los records, señalar que el barranco del río Tara, hundido más de 1.300 en algunos puntos de su recorrido, es el segundo más profundo del mundo tras el Cañón del Colorado.
Esta ciudad amurallada perteneciente a Croacia está situada en un bello puerto del Adriático, y aunque no sea Croacia el destino de este viaje, por proximidad e interés no podemos dejar de visitar su precioso casco histórico.
Desde el aeropuerto de Dubrovnik (Croacia) cruzaremos la frontera y nos trasladaremos (unas dos horas y media) hasta las proximidades de la bucólica ciudad de Kotor, que da nombre al fiordo más meridional de Europa y es una de las poblaciones mejor conservadas de esta parte de la cuenca mediterránea pues ha conseguido mantener su trazado original de los siglos XII al XIV.
La bahía de Kotor está delimitada por una sucesión de altas montañas hendidas en el mar que protegen esta “Boka” del riguroso clima del norte y hacen de esta bahía un oasis de vegetación mediterránea. Entre ellas destaca el Monte Lovcen, donde se encuentran los restos de Petar Petrovic Njegos, gobernante, obispo y poeta que accedió al poder en 1830, cuando contaba sólo 17 años. Encaminó todos sus esfuerzos en poner fin a las luchas tribales entre los diversos clanes y modernizar el estado, convirtiéndose en el personaje histórico más importante de Montenegro.
Después de visitar la bahía de Kotor, dispondremos de un día para visitar alguno de los rincones más bellos de la costa montenegrina y poder darnos un chapuzón en las aguas cristalinas del Adriático. Empezaremos visitando la población costera de Budva, a continuación disfrutaremos de las vistas sobre el idílico pueblo Sveti Stefan, situado en una península, unido al mar por un estrecho paso de gran belleza y donde podremos bañarnos. Por la tarde abandonaremos la costa montenegrina y nos desplazaremos hasta Kolasin, en los Alpes Dináricos.
Iniciaremos nuestra visita a las montañas de Kolasin, caminando por el interior del macizo de Komovi, que junto con Durmitor y Prokletije (ya en Albania) forma parte de los grandes macizos de los Alpes Dináricos.
En las proximidades de Kolasin, donde estaremos alojados, se encuentra el Parque Natural de Biogradaska Gora, considerado como una de las tres últimas “junglas” de Europa. Este espacio natural protege fundamentalmente el Bosque de Biogrado, que con una extensión de casi 5.000 hectáreas se extiende entre los ríos Tara y Limrey. Fue Nikola de Montenegro quien en el siglo XIX mandó protegerlo para el disfrute de las generaciones futuras.
Hoy partiremos hacia la población de Zabljak en el corazón del Parque Nacional Durmitor, donde se encuentran algunas de las joyas naturales más famosas de los Balcanes y desde luego, las montañas más vigorosa de Montenegro, que en algunos momentos nos recordará a nuestros Picos de Europa.
Durante el trayecto acompañaremos al río Tara, que forma el cañón más profundo de Europa, y nos detendremos en el espectacular puente Durdevica que lo cruza.
Ya en Durmitor, nuestra primera ruta nos llevará a conocer el Lago Negro y el complejo karstico que rodea el macizo del Bobotov Kuk, donde destaca la Cueva de Hielo de Ledena Pecina.
Esta mole caliza, techo del PN Durmitor, con sus famosas crestas y singular silueta, no siendo la de mayor altura del país, es la de mayor tradición para los montañeros montenegrinos y serbios. Realizaremos la ascensión clásica por su vertiente sur, desde el Puerto de Sedlo (1.907 m) que transita por un entorno de crestas impresionantes y formaciones geológicas, como sinclinales y anticlinales absolutamente espectaculares. Desde la cima el panorama es sencillamente inolvidable, con el Lago Skrcko y las múltiples cumbres que lo rodean a nuestros pies.
Antes de emprender viaje hasta la población de Budva en la costa montenegrina, realizaremos la última ruta por el Parque Nacional Durmitos ascendiendo a la cima del Pico Curovac (1.625 m) Un pequeño paseo muy agradable que nos brindará una excelente panorámica sobre el cañón del río Tara y sus 1.300 m. de profundidad, uno de los más profundos del mundo.
Después continuaremos el viaje pasando de nuevo por la Bahía de Kotor hasta la famosa ciudad de Dubrovnik, donde nos alojaremos y que podremos visitar al atardecer.
Tiempo libre en Dubrovnik hasta que nos desplacemos al aeropuerto para tomar el vuelo de vuelta.