Podría decirse que Mallorca tiene dos caras bien diferentes, la del turismo estival de sol y playa un tanto masificado, y otra menos conocida, la Sierra de la Tramontana, un paraiso montañoso situado al norte de la isla. Las cumbres de esta formación caliza, que es prolongación de la Cordillera Bética, alcanzan los 1.400 m y forman una sierra vigorosa y seria que sorprende al senderista y al montañero peninsular (no tanto a los centroeuropeos, que descubrieron hace tiempo esta maravilla).
Una bien conservada red de caminos tradicionales, empedrados y flanquedos en piedra seca con el buen oficio de los margers, unen pueblos entre sí atravesando bosques de encinas y alcornoques, cuyo brumoso aspecto invernal les confiere cierto misterio. Otras veces se adentran en los barrancos más inaccesibles o se asoman a empresionantes acantilados sobre el mar, como los caminos que ordenó construir el archiduque Luís Salvador de Austria (l'Arxiduc) sobre la costa de Valldemossa y Sa Foradada.
Este viaje se centra sin embargo en el lado más agreste y salvaje de la Sierra, ascendiendo varias de sus cimas más señeras, y en algún caso por caminos poco habituales. Si bien la presencia de agua en estas fechas nos impedirá hacer el famoso Torrent de Pareis, te aseguramos que las rutas elegidas van a colmar todas tus expectativas montañeras y aventureras.
Ascenderemos, de oeste a este, el Galatzó, el Ofre, el Massanella y el Tomir, además de recorrer a fondo los cabos de Formentor y Farrutx. Como base hemos elegido un estupendo hotel junto al mar en la Bahía de Alcudia, que nos permitirá un acceso cómodo a todas las rutas.
Tras la llegada al aeropuerto iremos directamente a hacer la primera excursión del viaje, en la zona más meridional de la Tramontana. Para ello nos desplazaremos a las inmediaciones de la población de Estellenchs (1 h) pasando por Andrach.
La ruta consiste en la ascensión del mejor mirador de esta parte de la Sierra, el Puig de Galatzó, de 1.026 m. Tras la excursión, nos trasladaremos al hotel (1 h 20), situado junto a la Playa de Muro en la Bahía de Alcudia.
Esta ascensión es una de las clásicas de la Tramontana, que completaremos con otras dos cimas del mismo cordal (Na Franquesa) y Sa Rateta, con espectaculares vistas al embalse de Cúber, desde el cual partiremos.
Dedicaremos hoy nuestra atención al extremo nordeste de la isla, uno de los lugares más fotogénicos y espectaculares, con su precioso faro y calas de ensueño. La propia carretera es una obra de ingeniería, de la cual partiemos para realizar este inolvidable y salvaje itinerario.
Tras la ruta nos acercaremos al faro para disfrutar del entorno y de una merecida cerveza.
Si en la ruta de ayer nos salimos de los caminos más pisados, este itinerario sigue su estela ascendiendo a una de las cimas más destacadas de la Tramontana por el escarpado Pas del Diable. El descenso por la ruta normal también tiene su miga, con un pequeño resalte, el Paso de Binifaldó, equipado con un cable de protección.
Estando alojados en la Bahía de Alcúdia, no podemos dejar de visitar el Cabo Farrutx, que la cierra por oriente. Su interés, tanto paisajístico como cultural, es verdaderamente notable, como quedará patente con esta ruta que, nuevamente, tiene algunos puntos escarpados y senderos poco definidos.
Nos despedimos con la ascensión al considerado segundo pico más elevado de la isla, el Puig de Massanella, solo superado por el Puig Major (1.445 m) de acceso vetado por estar ocupado por una base militar. Si bien es cierto que en realidad debería considerarse el tercero, pues el Penyal del Migdia (1.398 m), vecino del Puig Major, también lo supera, el Massanella está situado en una de las áreas más espectaculares y salvajes de la Serra de Tramuntana, que nuevamente recorreremos por sus caminos menos transitados.
Tras el desayuno nos trasladaremos al aeropuerto para tomar los vuelos de regreso.