Al oeste y al norte de Inverness se extiende una región salvaje de landas y lochs (lagos de agua dulce o incursiones marinas tierra adentro) de espléndida pero siempre sombría soledad. Montañosas, bastante estériles y poco pobladas, las Highlands se mantienen un poco al margen de la Escocia moderna, aunque ocupan un lugar preferente en el corazón de los escoceses. Lejos quedan los tiempos de esplendor de su cultura, de marcado carácter celta, cuando se hablaba gaélico y se portaba el tartán distintivo de cada clan. El apoyo a la malograda causa jacobita en el siglo XVIII por parte de la mayoría de los jefes de clan, inició el declive de esta sociedad, que emigró masivamente en las décadas sucesivas.
La indómita belleza de la isla de Skye, perteneciente a las Hébridas Interiores, es conocida desde la época victoriana, cuando los primeros alpinistas europeos llegaron hasta aquí para explorar sus valles salvajes y sus montañas.Unida a tierra firme por un larguísimo puente arqueado, esta maravillosa isla enamora por la variedad de paisajes y por ser uno de los rincones de Escocia en los que se custodia y transmite la cultura y el idioma gaélicos.
Los grandiosos paisajes de las Highlands, ya sean costeros o de interior, con sus eternas ondulaciones verdes salpicadas de cursos de agua, tienen su pièce de résistance en las negras montañas, que generalmente aisladas, se muestran bravas y desafiantes a pesar de su modesta altura. La cadena de Munros de las Cuillins en la Isla de Sky, el Ben Lommon en el Parque Nacional Queen Elizabeth y por supuesto, el imprescindible Ben Nevis (1.344 m, techo de Gran Bretaña) nos esperan.
Situada a orillas del Fiordo Forth, Edimburgo, la emblemática capital de Escocia, posee un increíble atractivo turístico, sobre todo en verano, debido a su famoso Festival Internacional, un festival de actuaciones en vivo, el mayor del mundo, que se suceden a lo largo del verano y que se engloban en el conocido como Festival de Edimburgo.
Una vez en el aeropuerto de Edimburgo emprenderemos camino hacia las Highlands (4 horas) por lo que aconsejamos llevar unos bocadillos para una posible cena de camino. Nos alojaremos en Dundonnell, una pequeña población en el Noroeste de Escocia, cerca de Ullapool, donde estaremos los dos próximos días.
En Escocia, un "Munro" es cualquier montaña que supere los 3.000 pies de altura. La denominación proviene de Sir Hugh Munro, quien compiló todas las montañas escocesas por encima de esa altura, cuyo número era muy incierto hasta entonces. Tras la publicación del catálogo en 1891 por el Scottish Mountaineering Club, las cimas principales siguieron manteniendo su estatus de Tops con nombre propio, mientras que el resto empezaron a llamarse popularmente Munros. Los poco más de 900 m a los que equivale esta altitud podrían hacer sonreír a cualquier montañero del continente. Sin embargo, la latitud de las Highlands y la gran exposición que tienen a las perturbaciones atlánticas, hacen de escalar o caminar por los Munros una empresa seria, incluso en verano.
Sin lugar a dudas la isla de Skye ofrece algunos de los rincones más fascinantes de Escocia. Impresionantes paisajes verdes salpicados de lagos, cascadas, y la costa. Tiene sus castillos encantados, pueblos pintorescos y destilerías de whisky. Pero lo que hace especial Skye son ciertos lugares únicos que parecen sacados de un cuento de hadas como la ruta que vamos hacer hoy a los pies de Montañas de Cullins. Tras un bonito viaje por las Highlands llegaremos a la isla de Skye, antes de ir a nuestro alojamiento realizaremos una bonita excursión.
La Isla de Skye, la mayor de las Hébridas interiores, es mundialmente conocida por su belleza, y dentro de ella, las montañas Cuillins tienen merecida fama de ser las más feroces montañas escocesas. Lugar habitual de entrenamiento de los alpinistas escoceses, estas montañas al borde del mar nos permitirán descubrir la mejor perspectiva de toda la isla.
Tras las cimas conseguidas en los días anteriores, nos vendrá bien un día de descanso relativo para conocer la península de Troternish, que se extiende al norte de Portree.
Empezaremos por visitar uno de los símbolos de Skye y de Escocia entera, el Old Man os Storr, al que nos acercaremos realizando una pequeña ruta.
Tras el paseo seguiremos bordeando la costa de la península de Troternish hasta llegar a su extremo norte, donde se encuentra el pequeño museo etnográfico dedicado a las formas de vida tradicionales. Visitaremos las ruinas del castillo de Duntulm y los bellos acantilados de Neall Tuath, desde donde es posible la observación de cetáceos.
Finalizaremos este día de descanso activo con tiempo de disfrutar Portree y su precioso puerto.
Camino de la población de Fort William (2 h , 30) visitaremos uno de los rincones más famosos de Escocia, el Lago Ness, un extenso y profundo lago de origen glaciar de agua dulce, famoso por su mítico mosntruo.
Ness es la mayor masa de agua de la falla geológica conocida como Gran Glen y sus aguas poseen una visibilidad excepcionalmente baja debido al alto contenido en turba y en su parte más profunda alcanza los 226 metros de profundidad, lo que ayuda a mantener uno de los grandes mitos de siglo XX, el del Monstruo del lago Ness
Tras las ascensiones acometidas en el viaje hoy nos espera la más famosa, la de mayor desnivel, aunque a la vez, la de menor dificultad, la subida al Ben Nevis. Sin lugar a dudas, el esfuerzo bien merecerá la pena.
Terminamos nuestras ascensiones en las Highlands subiendo a uno de los “Munros” más fáciles y bonitos de Escocia, el Ben lomond, que con sus 969 metros de altura brinda una magnífica panorámica del Parque nacional Queen Elizabeth.
Tras la ruta, antes de partir hacia Edimburgo y si el tiempo acompaña, nos podremos bañar en el Lago Lomond rodeados de un magnífico paisaje, como despedida de las Highlands.
En Edimburgo dispondremos de tiempo libre por la tarde - noche para pasear por la deliciosa capital escocesa.
Dependiendo del horario del vuelo de regreso elegido podrás disfrutar de unas horas más para visitar la ciudad.