Este viaje de fin de semana nos permitirá acercarnos al majestuoso escenario de los Mallos de Riglos, paraíso de escaladores, que cuenta también con dos vías ferrata. La larga aproximación andando que precisan ambas, hacen de esta actividad una mezcla de ruta senderista e iniciación a las vías ferrata, sobretodo en el caso de Peña Rueba, una actividad montañera en toda su amplitud.
A nuestra llegada -en torno a medio día- al pueblo de Riglos tomamos el senderos que en una hora y media nos pone bajo la Cubilillo os Fils, una ferrata muy especial debido a su equipamiento, consistente en clavijas en lugar de grapas, y por el precioso entorno en el que se desarrolla. Menos exigente técnica y físicamente que el recorrido de mañana, es ideal como entrenamiento para Peña Rueba.
Peña Rueba es un gran mirador sobre los Mallos de Riglos, y la actividad que os proponemos es sin duda una de las más completas que pueden hacerse en la zona. Una larga aproximación que es una pequeña excursión en sí misma, una incómoda pedrera que da acceso a la ferrata de ascenso (la Varela-Portillo oeste) una aérea cresta de vistas espectaculares, y una ferrata de descenso (Sur de la Mora) ¿alguien da más? Os aseguramos que la cerveza en Murillo os va a saber a gloria.
Viaje a la población oscense de Riglos (425 km) Tras el almuerzo, que haremos en Riglos (existen varios bares) prepararemos el material y nos pondremos en marcha al encuentro de nuestra primera ferrata.
La subida a Peña Rueba, gran mirador sobre los Mallos de Riglos, es una completa actividad que mezcla senderismo, dos tramos de vías ferrata y una larga cresta que cae vertiginosa sobre el río Gállego.
Tras el almuerzo en Murillo de Gállego iniciaremos el viaje de regreso.