Lejos queda el ideal de áridas tierras con el que habitualmente se asocia a Castilla. En las Merindades, el Valle del Ebro, la Meseta y la Cordillera Cantábrica han diseñado un territorio de extraordinaria riqueza natural donde se contraponen zonas deprimidas, con imponentes elevaciones que otorgan al paisaje una calidad y belleza única.
Recorrer este escenario natural es adentrarse en coloridos mosaicos naturales donde la orografía, la rica vegetación y diversidad de fauna te sorprenderán al adentrarte en fértiles valles, estrechos desfiladeros, mágicos bosques y tranquilos embalses.
Nuestro viaje se acerca a conocer dos parajes diferentes de este entorno natural: por un lado el tajo que el río Ebro ha tallado en la zona norte del Parque, haciendo frontera con Álava, donde se sitúan las ferratas del Sobrón. Por otro, en la zona más meridional, otra ferrata aprovecha el Estrecho de la Canaleja, junto a la pequeña población de Silanes.
Viaje a Miranda de Ebro (330 km) a donde llegaremos para cenar (cena no incluida).
El río Ebro ha excavado pacientemente un imponente desfiladero en la confluencia de las Sierras de Arcena y Pancorbo, que la mano del hombre ha sabido aprovechar para embalsar allí sus aguas. En esta privilegiada situación se encuentra el Embalse de El Sobrón, entre las regiones biogeográficas atlántica y mediterránea es la causa de su gran riqueza en especies arbóreas y arbustivas.
En el lado alavés encontramos dos ferratas bien diferentes que nos ocuparán toda la jornada. Una recorre una larga cresta y tiene las grapas imprescindibles pero sin grandes dificultades, mientras que la Harri Gorri es un K5 muy sostenido y expuesto con dos puestes tibetanos de 45 metros.
Cerramos el viaje con una ferrata que se encuentra en un bello enclave de las Merindades burgalesas, el Desfiladero de la Canaleja. La vía tiene graduación K3 pero cuenta también con un tramo de reciente inauguración de graduación K4.
Tras la actvidad emprenderemos el viaje de regreso.