Vesubio y Costa Amalfitana

El Parco Regionale dei Monti Lattari abarca una buena parte de la Península Sorrentina, la cual delimita el Golfo de Nápoles al norte y el Golfo de Salerno al sur. Mar y montaña, paisajes naturales, tanto como antrópicos, hacen de este paraje una peculiar y armoniosa unión de elementos aparentemente contrapuestos.
El Valle dei Mulini e delle Ferriere es un valle estrecho donde en la edad media y hasta el siglo XVII se instalaron fábricas de papel y herrerías que aprovechaban con sus molinos los numerosos saltos de agua que caracterizan la zona. Gracias a la abundancia de humedad, sentimos la impresión de hallarnos en una zona tropical: un lugar con una increíble explosión de verde, resguardado de los fríos vientos del norte y con una notable riqueza de agua procedente de numerosos manantiales que constituyen cascadas, pozas y otras típicas formaciones kársticas.

Ya el nombre nos trae a la mente paisajes de la mitología clásica y francamente ningún otro nombre podría describir mejor el sobrecogedor entorno que caracteriza este sendero montano. De hecho, desde el Monte Sant’Angelo a los Tre Pizzi es posible admirar uno de los paisajes más sugestivos del mundo, que abarca desde el Cilento hasta la Isla de Capri. Comenzando en el municipio de Bomerano, el camino discurre a media ladera, manteniéndose en torno a los 500 m de altitud durante la mayor parte del recorrido, caminando entre encinares, castaños, alisos y madroños, hasta el descenso a la playa de Positano.

Esta ruta es una de las más sugestivas que pueden hacerse en el entorno del complejo volcánico Somma – Vesubio, porque es muy poco frecuentada y porque permite sentir la imponencia del conjunto observando desde abajo el Monte Somma y el propio Vesubio. El valle quedó parcialmente invadido de lava en la erupción del 1944, colonizadas por líquenes Vesuvianun Stereocaulon.

Desde la estación del funicular iniciamos el recorrido hacia las ruinas de Villa Jovis, construida por el emperador Tiberio, desde donde dirigió el Imperio durante varios años. Después desandaremos una parte del camino para luego dirigirnos a los vertiginosos acantilados de la costa este de la isla, donde se puede admirar el Arco Natural, una espectacular formación rocosa y los Faraglioni, tres peñascos que surgen misteriosamente del mar. Un bello circuito semi-urbano, con senderos, calles y escaleras que nos permitirán conocer esta preciosa isla cuyos placeres ya disfrutaron los romanos, y otros antes que ellos.

Esta espectacular y panorámica ruta parte del santuario de San Michele y entre frondosos bosques nos situa en la base del escarpado roquedo que forma la cima del Monte Molare, que junto al Monte di Mezzo y el Catello forman los "Tre Pizzi", tres prominencias rocosas muy características de la zona. Posteriormente seguiremos la cresta que se dirige al Croce de la Conoccia, con la mejor vista que se puede tener de la península sorrentina a vista de pájaro, para regresar después, bordeando vertiginosos escarpes calizos, al santuario de San Michele.