Ruta sin mayores pretensiones que la de ir aclimatando, partiendo de las Termas de Ancuaque (3.900 m) y elevándonos sobre la pampa Pacollo hasta los 4.050 m hasta regresar al mismo punto por otra quebrada.
El agua de las termas mana tibia, y su temperatura quizás no sea suficiente para darse un baño en esta época otoñal.
Muy próximo al campo geotérmico de Puchuldiza se encuentra el Cerro Condoriri, de 4.890 m, máxima elevación de toda la cadena montañosa que rodea el campo geotérmico. Recoremos buena parte de esta orla montañosa, sin superar los 4.650 m.
Ascenso al Cerro Pacocollo, de 4.350 m, para disfrutar de unas bellas panorámicas del altiplano boliviano, del volcán Isluga con su fumarola y del impresionante salar de Coipasa, donde desaguan los ríos Arabilla y Cariquima.
Ascensión que no presenta ninguna dificultad salvo las derivadas de la gran altitud y en la que aprenderemos a llevar un ritmo pausado y regular que ayude a nuestro organismo a acostumbrase a la escasez de oxígeno. El descenso es muy rápido y divertido por las arenas volcánicas.
Preciosa caminata sin apenas desnivel que nos lleva a la Laguna de Cocotani, un precioso sistema lacustre a los pies del volcán Parinacota.
La primera parte de la ascensión, hasta el domo nevado situado a 5.700 m, se desarrolla sin luz durante las tres primeras horas, en un terreno que por momentos es algo penoso debido a la presencia de bloques sueltos. Una vez alcanzado el domo la ascensión cambia radicalmente; el sol ya estará calentando un poco nuestros cuerpos y con los crampones y el piolet puestos ya sólo debemos de preocuparnos de superar los 400 m que nos restan a la cima. Debido a la altura, cada paso nos parecerá un triunfo, pero si llegados a este punto hemos logrado una buena aclimatación, con paciencia y tesón estaremos arriba en apenas un par de horas de más, disfrutando de la visión de sus fumarolas (no tanto de su olor a azufre), la panorámica de los volcanes vecinos (Acotango, otro seis mil) y sobre todo, de la euforia que sólo conquistar una montaña de 6.000 m puede ofrecer.
Un atrevido y aventurero recorido por las sugerentes formas del Valle de la Luna, en las Montañas de la Sal.