El pico del Midi d'Ossau es uno de los símbolos del Pirineo, reinando sobre las llanuras del Col del Portalet. Sin embargo, no es este antiguo volcán el objetivo del viaje, sino el menos conocido valle que se extiende a sus pies, recorrido por la Gave de Ossau, que se une a la Gave de Aspe en la población de Oloron Sainte Marie.
Al valle de Ossau no le falta de nada, y comparte con el de Aspe la infuencia atlántica, que se deja notar en los frondosos bosques de hayas y abetos, y en los verdes pastizales situados en las alturas que dan sustento a una cultura pastoral cuyo producto más afamado es el estupendo fromage de brebis, el queso de oveja con denominación de origen Ossau-Iraty.
Conectando con los valles vecinos, dos puertos míticos del Tour de France, el Col de Marie-Blanque y el de Aubisque, atraen a centenares de ciclistas deseosos de medirse con ellos ataviados con sus vivos colores. Y es que mucho han cambiado las cosas desde que en los siglos XIX y XX, las clases pudientes llegaban con sus mejores galas a tomar los baños en Eaux Bonnes y Eaux Chaudes, los favoritos de nuestra Emperatriz María Eugenia, y que hoy languidecen medio abandonados.
Las pequeñas estaciones de esquí de Gourette y Artouste (con su famoso tren al lago) completan la limitada oferta de ocio del valle, que contrasta con la infinidad de rutas senderistas y montañeras que pueden realizarse, en ocasiones por parajes apenas visitados por pastores y los excursionistas más aventureros.
De la inmensa paleta que ofrece el valle, hemos elegido rutas que permiten descubrir lo que a nuestro parecer marca su carácter: los densos y salvajes bosques de hayas y los lagos de aguas turquesas que nos quedarán marcadas en la retina (la belleza del Lago de Isabe justificaría por sí solo el viaje), incluyendo también alguna dosis de aventura, como el paso por la Cornisa de Alhas.
El vertiginoso trayecto de regreso en el Tren de Artouste y la exploración de la Gruta de Eaux Chaudes, con la que cerraremos el viaje, completan los puntos de interés de este viaje.
Viaje a la población balnearia de Eaux Bonnes (510 km) en el valle de Ossau. Antes de llegar al hotel nos detendremos la localidad de Gabàs, la de mayor altitud del valle, para realizar un tramo del antiguo camino de los preregrinos que se dirigían a Santiago, y que realizaremos en descenso entre frondosos bosques acompañando al río hasta la población balnearia de Eaux Chaudes.
El Lago de Isabe en uno de los más bellos del Pirineo. Rodeado de un gran muro rocoso que recuerda al Circo de Gavarnie, su acceso a través de la angosta Garganta de Bitet ya presagia un entorno salvaje y evocador. La ruta comienza entre maravillosos hayedos y alcanza las praderas de alta montaña que dominan a partir del Lago de Isabe.
El macizo calcáreo de Gourette - Eaux Bonnes enmarca algunas de las cimas más escarpadas de los Pirineos, entre el valle de Ossau y Val d'Azun. Un mundo mineral de agujas, grandes lajas tumbadas y estratos en forma de olas que contrastan con el verde de las praderas de las llanuras sedimentarias.
Dejando a un lado las grandes cimas, realizaremos una maravillosa travesía que comienza con el paso de la Cornisa de Alhas (algo aérea pero sin dificultades), se asoma al bucólico Plató de Anouilhas y termina descendiendo por el fabuloso bosque de Balour.
El tren d'Artouste es sin duda una de las atracciones turísticas más importantes del valle de Ossau. El antiguo tren minero recorre parajes sobrecogedores, serpenteando una ladera que, por momentos, deja enormes precipicios a un costado.
La ruta de hoy se desarrollarán en el área de los lagos de Artosute y Arremoulit, éste último uno de los lagos glaciares más bellos de la zona.
Una vez en la estación de Artouste, regresaremos en el espectacular tren, al que sigue un descenso en teleférico, lo que nos evita la mayor parte del desnivel de descenso.
El Montagnon d'Iseye forma parte del cordal que separa los valles de Ossau y Aspe, y es famoso por el precioso lago turquesa con forma de corazón situado a sus pies. Algo más abajo, espesos hayedos alternan con bucólicos pastizales de altura.
Para este día tenemos dos opciones de ruta: alcanzar el Lago del Montagnon d'Iseye, cuyo desnivel excede un poco lo normal para un grupo B, o realizar una preciosa travesía atravesando el Col de Besse. En caso de que el grupo cuente con dos guías se podrá elegir entre las dos, mientras que si va un solo guía éste decidirá la opción que mejor se adapte a todos.
Tras casi una semana de rutas exigentes pero absolutamente merecedoras del esfuerzo realizado, el último día lo dedicaremos a conocer la inmensa cavidad que forma la Gruta de Eaux Chaudes, a la que se accede por un intrincado sendero boscoso y que podrmos explorar (no olvidar una linterna frontal) en su primera parte, la más horizontal.
Tras la ruta emprenderemos el viaje de regreso.