Guatemala, el país de la eterna primavera, es una tierra llena de color, folklore y belleza, que posee una naturaleza exuberante, volcanes, selvas tropicales, manglares, ríos, lagos y una costa aún virgen. Nos cautivarán además las ruinas de ciudades mayas que nos hacen retroceder en el tiempo a una civilización que floreció a principios de la era cristiana, las ciudades coloniales que se conservan casi intactas, como lo eran en el siglo XVI, y los mercados indígenas que se engalanan de vistosos trajes tradicionales, conservando las tradiciones como lo han hecho durante siglos.
Guatemala es uno de los países más montañosos de América y el más volcánico de Centroamérica, con más de trescientos conos volcánicos, algunos de ellos en activo. Localizados en el conocido como Cinturón de fuego del Pacífico, destacan picos volcánicos de gran belleza como el volcán Pacaya, el Santamaría o el Tajamulco, que con sus 4.220 metros es la máxima altura del país y de América Central.
Además de volcanes, Guatemala es también tierra de grandes lagos, mágicas pirámides y una fauna y flora exuberantes, donde la orquídea es la reina de las junglas. El viaje que os proponemos discurre por el altiplano guatemalteco para acometer diversas ascensiones en paisajes volcánicos y descubrir al mismo tiempo el colorido y exotismo de la cultura maya, descendiente de la gran civilización que sucumbió antes de la llegada de los españoles a América, cuyos vestigios más importantes conoceremos. Junto a estas joyas de la naturaleza y de la cultura precolombina, podremos admirar la fusión colonial en la ciudad de Antigua, morada de artistas e intelectuales de todo el mundo, de calles empedradas, patios enrejados y enormes ceibas donde anidan los guacamayos. Viajaremos al gran lago de Atitlán para disfrutar del encanto de sus pueblos costeros y del bello paisaje que crea la gran cadena volcánica que rodea sus profundas aguas. También disfrutaremos en la ecléctica ciudad de Quetzaltenango, que combina los encantos de una urbe profundamente indígena con una personalidad más moderna y colonial. Y todo esto con el aliciente de ascender a magníficos volcanes, alguno de ellos de más de 4.000 metros.
El altiplano guatemalteco ofrece paisajes culturales y naturales portentosos. Extensas cadenas montañosas, impresionantes colosos volcánicos y hermosos lagos sirven de escenario para compartir con la verdadera cultura maya viva. Más de una docena de grupos mayas habitan esta región, cada uno con su propia vestimenta, gastronomía, tradiciones e incluso idioma. Encajado en esta extensa y bella región se ubica el majestuoso lago de Atitlán, rodeado por tres volcanes y pintorescos poblados que mantienen firme su cultura e identidad. Habitado por la etnia Quiché, este lugar parece haberse detenido en el tiempo.
Llegada a la ciudad de Guatemala y traslado desde el aeropuerto a la ciudad de Antigua (1 hora). Alojamiento en el hotel.
Rodeada de volcanes y con un conjunto histórico muy rico, Antigua fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1979. Es una de las joyas coloniales más hermosas de América. Conocer sus calles empedradas, sus elegantes palacios y casonas, su catedral y sus monumentos, así como sus coloridos mercados de artesanías, o sencillamente subir hasta el Cerro de la Cruz para contemplar el panorama volcánico que rodea esta bella ciudad, harán de esta visita una de las más especiales del viaje.
El primero de los volcanes que ascenderemos es el de menor altura de todos los que nos esperan, pero no es por ello el menos espectacular. Cercano a la capital, el Pacaya consta de varios picos al considerarse un macizo volcánico. Al ser un volcán en activo ofrece un bello espectáculo que puede ir cambiando según la actividad del momento: cenizas, gases, vapor de agua, lapilli, coladas de lava y en general todos los materiales piroclásticos típicos de una erupción estromboliana.
Traslado al lago Atitlán, uno de los rincones mágicos de Centroamérica, en el que pervive la cultura maya en los doce pueblos que se asientan en su orilla, rodeados por tres magníficos volcanes que hacen de este lugar un paraje único, para muchos el más bello de América Central. En la población de Panajachel tomaremos un barco que nos llevará en poco más de media hora hasta Santiago Atitlán y, tras su visita, a San Pedro de la Laguna, donde pasaremos dos noches.
El volcán San Pedro se encuentra inmerso en la caldera volcánica que dio origen al hermoso lago de Atitlán, junto con otros dos volcanes, el Atitlán y el Tolimán, rodeados de aguacatales y cafetales. Todos ellos son parte del Arco Volcánico Centroamericano, una cadena de volcanes que se extiende a lo largo del litoral occidental de América Central y pertenece al conocido como Cinturón de Fuego del Pacífico. Pernocta en San Pedro.
Abandonaremos San Pedro la Laguna en barco. Cruzaremos el lago Atitlán (30 min) y una vez en Panajachel, seguiremos por carretera durante poco más de una hora para visitar el famoso mercado en Chichicastenango. Terminaremos el día viajando hasta la población de Quetzaltenango (2h), donde nos alojaremos.
El Santa María es un gran volcán inactivo en la zona montañosa del oeste de Guatemala, cerca de la ciudad de Quetzaltenango. El cuarto volcán más alto de Guatemala es un cono perfecto visto desde esa ciudad. Ha sido oratorio indígena desde tiempos inmemoriales y centro de peregrinación para las poblaciones quetzaltecas que ascienden por su boscosa falda hasta algo más de la parte media de sus 3.770 metros de altitud. Su erupción en 1902 fue una de las tres más grandes erupciones del siglo XX; duró diecinueve días y provocó que saliera disparada la mayor parte de su inmensa ladera suroeste, devastando las zonas circundantes; la columna de ceniza alcanzó una altura de hasta 28 km y materiales piroclásticos cayeron a miles de kilómetros de distancia. Desde el volcán Santa María se puede admirar hoy la poderosa actividad del Santiaguito, nacido en 1922 tras otra descomunal explosión. Pernocta en Quetzaltenango.
Se trata de uno de los volcanes más antiguos y menos visitados de Guatemala, considerado por algunos geólogos como una montaña por no poseer un cráter definido. El Volcán Zunil se distingue por sus bellos paisajes. Desde su cima se divisa una panorámica espectacular de la cadena volcánica guatemalteca, el lago Atitlán y las ciudades aledañas. Después de la ruta y antes de regresar a nuestro alojamiento visitaremos al Santo Maximón, el santo más versátil de Guatemala y disfrutaremos de un reparador baño en el balneario de las Fuentes Georginas.
Hoy emprenderemos la que será la expedición más significativa del viaje: la ascensión al Volcán Tajumulco, que con sus 4.220 metros de altitud es el más alto de Guatemala y la cumbre más elevada de Centroamérica. Para ello acometeremos un trekking que nos llevará dos días. En el primero ascenderemos hasta el campamento que se encuentra a unos 4.000 metros y que con un poco de suerte nos brindará una panorámica espectacular, así como un inolvidable atardecer. Utilizaremos los servicios de guiado de Quetzal Trekkers, quienes utilizan guías voluntarios y aprovechan las ganancias de los trekking para sostener un proyecto social con niños de Guatemala, que incluye un comedor infantil y una escuela.
Nos levantaremos temprano para pisar la cima del Tajumulco justo cuando salga el sol sobre la linea volcánica de Guatemala y disfrutar así de una panorámica portentosa. Tras el descenso, regresaremos a nuestro alojamiento en Quetzaltenango.
Traslado al aeropuerto de Guatemala para volar a Flores. Nos alojaremos en el campamento ecológico del Sotz, en el Remate.
Situada en mitad de la gran selva del Petén, Tikal es la joya maya de Guatemala. La ciudad antigua deTikal llegó a ser uno de los centros más importantes del imperio maya y hoy es un conjunto arqueológico que concentra más de cuatro mil construcciones de aquella cultura: templos, palacios, plazas, plataformas ceremoniales e innumerables juegos de pelota. Actualmente, muchas de ellas se encuentran todavía ocultas por la vegetación de la tupida selva, otras han sido desenterradas y restauradas. Es el mejor escenario para imaginarse un explorador pionero avanzando por la jungla para descubrir unos impresionantes santuarios.
Tras el vuelo y el alojamiento, dispondremos de tiempo libre para pasear por la capital de Guatemala.
Regreso en el vuelo programado y llegada a España al día siguiente.