Parque Natural do Tejo

Con inicio en la población de Piedras Albas, antigua frontera con Portugal, pedalearemos entre las dehesas flanqueadas por los ríos Alagón y Erjas en busca del Puente Romano de Alcántara a través de tramos de Cañadas Reales; a nuestro paso saldrá el Menhir del Cabezo, uno de los escasos monumentos megalíticos que se conservan en Extremadura, antes de comenzar el delicioso descenso hacia el Cañón del río Tajo y su Puente de Alcántara; tras un breve tramo que habrá que realizar a pie, nos arrimaremos al cauce del río cruzándolo sobre nuestras bicis a través de la obra de ingeniería romana y ascendiendo finalmente a la bella localidad de Alcántara.   

El río Pónsul, primer afluente íntegramente portugués del río Tejo, será el eje en torno al cual discurre esta ruta ciclista que arranca en la aldea histórica de Monsanto, considerada como “a aldeia mais portuguesa de Portugal” y construida en piedra granítica; tras la visita comenzamos a descender hacia dicho cauce fluvial que bordea después la colina donde se asienta la amurallada Indaha A Velha, hasta cuya catedral visigoda y castillo nos acercaremos antes de acometer el tramo más quebrado que bordea el Barragem de Indaha y asciende progresivamente hacia las aldeas de Proença A Velha y Aldeia de Santa Margarida, merecedoras también de una visita tras el periplo ciclista.

Desde las Termas de Monfortinho pedalearemos hacia el encalado pueblo de Monfortinho antes de descender  hacia la Rivera del río Canas que nos situará al pie de la Sierra de Pedras Ninhas, en cuya umbría descubriremos el abandonado pueblo del mismo nombre, ubicado en un delicioso paraje; después nos acompañará la Rivera del Galvao hacia su desembocadura en el  río Erges, que marca el límite entre España y Portugal, pedaleando junto a esta última orilla y regresando de nuevo a las Termas, completando así un soberbio itinerario en bici.

Junto al río Pónsul que riega la pintoresca aldea de Penha García, comenzaremos el pedaleo bordeando el embalse del mismo nombre, y acercándonos a sus orillas para contemplar sus remansas aguas que asemejan a las de un plácido lago encerrado en este valle, salpicado de cabañas ganaderas y de aldeas abandonadas. Ascenderemos alrededor del Monte Carvalhal, tapizado de robles, para finalmente acceder a la encaramada Penha García, visitar su castillo y bajar hasta el cauce del río Pónsul acercándonos a ver  sus  famosos Molinos Rodizios y sus Trilobites, verdaderos emblemas de esta población.