Benasque es quizás, junto con el de Ordesa, el más emblemático los valles pirenaicos, propiciando que el antiguo pueblo ganadero y agrícola de Benasque se haya convertido en una animada capital del turismo de montaña; un pequeño Chamonix a escala pirenaica.
La oferta de vías ferrata no es, sin embargo, muy extensa; solo dos instalaciones se encuentran dentro de los límites del valle: Sacs y Castellaso – Sesué. Pero el valle tiene muy cerca tres de las mejores y más modernas ferratas pirenaicas, por lo que la población de Castejón de Sos, situada a la entrada del valle, se convierte en una base de operaciones ideal.
Dentro del valle tenemos dos ejemplos de lo mucho que han cambiado las ferratas en España. La ferrata de Sacs se inauguró hace quince años, adquiriendo pronto fama de larga, dura y vertical. Hoy día se la tilda de aburrida e intrascendente salvo en su parte final. Todo lo contrario de la moderna ferrata de Castellaso, que saca petróleo de una antigua cantera a base de ingenio en su diseño.
La de Castellaso es un pequeño divertimento comparado con las tres “k4” instaladas fuera de los límites del valle. El Tossal de Miravet, en Pont de Suert, sorprende por su duración y pasos variados, que incluyen, puentes, una tirolina y tramos de escalada. La Foradada, aguas abajo del río Ésera, es considerada ya una de las imprescindibles de Pirineos por su longitud, los pasos aéreos y lo variado de su recorrido.
Y para finalizar, La Croqueta del desfiladero de Obarra es una joya perdida en un precioso rincón del Valle de Isábena, con un final aéreo como pocos, que muchos consideran que tiene una dificultad K5, razón por la cual dejamos para el final.
Viaje al Valle de Benasque, concretamente a la localidad de Sesué, próxima a Castejón de Sos, donde se encuentra la primera ferrata que vamos a realizar, una K3 sencilla pero bastante vertical, con algunos tramos en los que hay que escalar sobre la roca. Tras la ferrata nos dirigiremos a nuestro hotel en Castejón de Sos.
Hoy nos trasladaremos al vecino valle del Noguera Ribagorzana (35 km, 40 min), en la frontera de Aragón y Cataluña para hacer una preciosa ferrata que se alza prácticamente sobre la población leridana del Pont de Suert.
Por la tarde regresaremos a Benasque para realizar la ferrata de Sacs o descansar según el deseo de cada cual.
Hoy nos trasladamos aguas abajo del río Ésera, hasta el cruce con la carretera a Aínsa, cerca de Campo. Aquí se encuentra esta reciente ferrata que rápidamente se ha vuelto muy popular gracias a su longitud, a los pasos aéreos y a un recorrido variado.
Camino ya de regreso nos trasladamos al Congosto de Obarra, en el valle de Isábena, para realizar la más exigente de las ferratas del programa, que algunos consideran de dificultad K5.