Situada en el sur de Grecia y unida al continente por el istmo de Corinto, la Península del Peloponeso es un país en sí mismo, un territorio en el que se respira historia y mito, cuna de la civilización griega.
Pero además de su patrimonio, el Peloponeso nos sorprenderá por la variedad de sus paisajes, que presentan un relieve muy montañoso, con profundos desfiladeros en el que aparecen ocultos monasterios a idílicas playas.
En la Península del Peloponeso nació la civilización micénica, de la que nos quedan los importantes lugares arqueológicos de Micenas, Tirinto, Pilos, el palacio del rey Nestor, etc., algunos de los cuales visitaremos acompañados de Almudena, licenciada en Historia y Arqueología.
Además habrá tiempo para descubrir otro de los rasgos distintivos del Peloponeso, su rica gastronomía, en tabernas siempre abiertas al visitante, ya sea en la plaza de un pueblo o en los guijarros de una playa.
El país imaginario cantado por tantos poetas del Renacimiento y el Romanticismo es un lugar real y se encuentra en la región central del Peloponeso.
Recorriendo las montañas de Arcadia descubriremos que el mito no andaba descaminado: pintorescos pueblos como Dimitsana y Stemnitsa, cuevas y montes sagrados, desfiladeros como la Garganta de Lousios, donde Zeus fue lavado al nacer y monasterios rupestres excavados en las paredes, nos salen a cada paso.
Y de Arcadia al Mar Jónico, conoceremos la Bahía de Pilos, mencionada en la Odisea y que fue utilizada como puerto durante el reinado del sabio rey Néstor.
Un museo al aire libre, esa es la mejor definición de la capital griega a la cual dedicaremos un día y medio, poco tiempo para todo lo que se puede ver, pero suficiente para lo imprescindible.
Visitaremos la Acrópolis y su museo, pasearemos por las estrechas y laberínticas callejuelas adoquinadas del barrio de Plaka, también conocido como el Barrio de los Dioses, nos acercaremos hasta el Ágora Antigua de Atenas y por la tarde pasearemos por los barrios de Keramikos, antiguo poblado de alfareros, y Monastiraki uno de los más animados de Atenas.
Vuelo a Atenas y traslado hasta la provincia de Arcadia (2 h 30) donde nos alojaremos.
Entraremos en la Península del Peloponeso por el famoso Canal del Corinto que con sus 6 km de longitud y 23 metros de ancho permite el paso de grandes barcos entre el Golfo de Corinto, donde sucedió la famosa batalla de Lepanto, y el mar Egeo.
Las Montañas de Acadia son la columna vertebral del Peloponeso, con una quebrada orografía que hace de esta zona una de las favoritas para los griegos a la hora de hacer senderismo. Completaremos el día visitando el bello pueblo de montaña de Stemnitsa.
Hoy nos espera el bellísimo entorno del desfiladero del río Lousios donde se suceden diferentes monasterios como el de Ioannou Prodromou, habitado por monjes pintores de iconos, y las ruinas de la antigua Gortys, una ciudad del s. IV a.C. que albergaba el santuario cosagrado a Asclepio. Por la tarde visitaremos el pueblo medieval de Dimitsana.
Tras el desayuno recogeremos nuestro equipaje y tomaremos rumbo hacia la población costera de Pilos y lo haremos cruzando el interior del Peloponeso, para poder disfrutar de su belleza paisajística.
De camino haremos una ruta por el bosque de Sotirianika en el que se encuentra el pintoresco Monasterio de Georgiou.
Hoy visitaremos la ¨Ciudad Alta¨ (Acrópolis) ubicada en un lugar estratégico capaz de dominar cada rincón de la ciudad con una clara función defensiva, además de funcionar como sede de los principales lugares de culto, y donde se encuentran algunos de los monumentos más conocidos de la época clásica de Grecia; El Partenón, el Erecteión, el Templo de Atenea Niké así como de su magnífico museo. Tras la visita descenderemos hasta el barrio de Plaka donde buscaremos una bonita taberna para descansar y degustar la comida tradicional griega. Terminaremos el día paseando por los barrios clásicos de Atenas, donde de manera relajada podremos disfrutar de sus callejuelas y descubrir sus pequeñas plazas escondidas.