Hace algunos millones de años, numerosos volcanes presentes en la región de la Anatolia central rellenaron de magma una depresión que se había creado mucho antes, al mismo tiempo que se elevaban los Montes Taurus. Estos materiales, que se acumulan hasta profundidades de 150 m, transformaron los valles originales en un altiplano. Las areniscas, blandas y de colores claros, y los basaltos, más oscuros y resistentes, sufrieron una erosión diferencial posterior debido a la lluvia, la nieve y los cambios de temperatura, que ha creado las caprichosas formas que configuran su insólito paisaje.
Plantas silvestres por todas partes y pequeños huertos de frutales y verduras que contrastan con los paisajes lunares que los rodean, cautivan en esta época al visitante, en especial si viene con ánimo de recorrer caminando todos sus rincones. Nada mejor que utilizar los viejos senderos que se internan en los barrancos y laberintos, visitando iglesias esculpidas en la roca y viviendas trogloditas.
La facilidad con la que se puede horadar la roca, posibilitó los asentimientos humanos, que de otra forma hubieran sido más escasos, pues en la región no hay zonas boscosas para proveerse de madera. Hititas, persas, romanos, bizantinos, otomanos, etc. vivieron aquí, y todos moldearon la roca para construir viviendas, almacenes, monasterios, iglesias y hasta ciudades subterráneas en las que protegerse de los invasores.
Nuestro viaje incluye la imprescindible visita de Estambul, donde pasaremos dos noches, para poder dejarnos seducir por la antigua Constantinopla. Situada entre el mar Negro y el de Mármara, la que fue capital de los imperios Romanos, Bizantinos y Otomano esconde en su interior lugares únicos como la Mezquita Azul, Santa Sofía, el Palacio Topkapi o la posibilidad de navegar por el Bósforo y contemplar las orillas europeas y asiáticas que separa.
Vuelo a Kayseri, vía Estanbul. Tras aterrizar en Kayseri nos desplazaremos hasta Ihlara (2 horas)
Antes de realizar nuestra ruta por el Cañón de Ihlara, visitaremos la fascinante ciudad subterránea de Kaymikli, un laberinto de túneles y salas excavadas a ocho pisos de profundidad. Ocupadas en el siglo octavo antes de Cristo, estas ciudades o viviendas trogloditas sirvieron durante largas temporadas de refugio frente a las amenazas de invasores. Tras la ruta nos desplazaremos hasta Goreme donde nos alojaremos 5 noches.(1.15 h)
Empezaremos visitando Uchisar y su famoso castillo, situado en lo alto de una mole rocosa y desde donde podremos disfrutar de una excepcional panorámica de toda la región; continuaremos el día realizando una corta ruta siguiendo el camino hacia Guvercinlik por Akvadi Vadisi (Valle Blanco) y el conocido como el Valle del Amor, por las sugerentes chimeneas de aspecto fálico.
Ruta por las colinas de Zelve hasta alcanzar la cima del Monte Bozdag, desde donde se puede disfrutar de una gran panorámica de ésta surrealista región. Después del almuerzo viitaremos el Valle de Passabag, conocido como el valle de los Sacerdotes, donde existe una gran cantidad de chimeneas parcialmente fragmentadas, mostrándonos el proceso de erosión continuo.
Ruta circular por los solitarios valles de Zindanonu y Zemi, que nos ofrecerán magníficas panorámicas sobre Goreme y la oportunidad de ver la apartada iglesia de Karabukut y sus laberínticos caminos que la rodean. Dispondremos de tiempo libre para caminar por Goreme por la tarde o quien lo desee disfrutar de un típico baño turco.
Ruta en la nos adentraremos en el Valle Rosa, famoso por sus sinuosas formaciones de color rosáceo y regresaremos por el Valle Rojo, dónde disfrutaremos de sus fantásticas peribacalar o chimeneas de hadas, que han hecho tan famosa a La Capadocia. Por la tarde nos trasladaremos a Kaisery para tomar el vuelo a Estambul.
A primera hora del día iniciaremos un recorrido para ver los lugares más especiales de Estanbul, pasearemos por sus famosos bazares, observaremos desde fuera la Mezquita Azul, Santa Sofía y el palacio de Topkapi. Por la tarde tendremos tiempo libre para quien quiera pueda navegar por el Bósforo, visitar el interior de alguno de los monumentos citados, disfrutar de un Hamam (Baño turco) o sencillamente disfrutar del bullicio de esta impresionante ciudad mientras degusta algún dulce en las coloridas teterias de la ciudad.