Esta cómoda etapa costera arranca en el faro de Ribadeo, y siempre pegada a los acantilados costeros llega hasta la río de Foz, encontrando a su paso monumentos naturales como la playa de las Catedrales.
En nuestro pedaleo desde la ría de Foz, el tramo costero hacia Burela nos depara un sinfin de ensenadas, pequeñas calas y playas e islotes que anuncian un cambio hacia una costa mucho más abrupta que culmina junto a la ría de Viveiro.
La ruta se desarrolla en el tramo más septentrional de costa, donde el cantábrico y el atlántico se funden junto a la punta de Estaca de Bares y al cabo Ortegal, marcando ambos una sucesión de entrantes en el mar sólo rotos por las rías de Barqueiro y Ortigueira, sin duda uno de los tramos más salvajes del recorrido.
Etapa culminantes del Camiño do Mar; a un primer tramo de costa relativamente urbanizado le sigue un recorrido claramente montañoso a través de la península del Cabo Ortegal cuyo final está presidido por el emblemático lugar de San Adrés de Teixido y su leyenda "vai de morto e que non foi de vivo".
En plena costa atlántica, el Camiño do Mar serpentea en esta etapa entre los acantilados, ascendiendo al monte Candeeira y visitando pueblos pesqueros como Cedeira, anclado frente a la inmensa bahía de Esteiro. El abrupto tramo costero irá dando paso poco a poco a extensos arenales y marismas.
Desde los arenales de Valdoviño la ruta asciende a la sierra de Capelada, atravesando así el valioso espacio natural de la Costa Ártabra, donde se encuentran las rocas más antiguas de la península ibérica y a su vez uno de los mayores santuarios de aves marinas y costeras.
Esta ruta que arranca junto a la playa de O Vilar se adentra en la ensenada más septentrional de las conocidas "Rías Altas", finalizando en El Ferrol por un tramo costero que a pesar de estar relativamente urbanizado ha sabido conservar el carácter agreste y salvaje de la costa a través de respetuosos paseos marítimos.