En la inmensidad azul del Atlántico, la naturaleza ha creado una tierra repleta de belleza, Cabo Verde, un Archipiélago africano de origen volcánico, hermoso, enigmático y casi virgen, lleno de contrastes. Desde la capital Praia, mosaico de todas las culturas que pueblan el archipiélago hasta los pequeños pueblos de pescadores, este conjunto de islas, independizado de Portugal y posteriormente de Guinea en el año 1980, es famoso por su espectacular naturaleza, destacando extensas playas, abruptos acantilados y volcanes espectaculares cuyas laderas se precipitan hacia el mar.
La mayoría de las islas tiene crestas montañosas, siendo el Pico do Cano o Fogo, un volcán activo, el más elevado del archipiélago. Las islas son generalmente rocosas y nunca han permitido el desarrollo de una agricultura sino de subsistencia a base de maíz, plátanos, caña de azúcar y café.
El mayor atractivo de esta Isla de Fogo es que toda ella es un enorme volcán que alcanza casi los tres mil metros de altitud. De forma cónica, emerge del océano y se eleva hasta los 2.829 m, siendo la máxima altura de Cabo Verde. Sin lugar a dudas ascender a la cima del volcán será una experiencia inolvidable.
Conocida como la isla verde del archipiélago destaca por haber sabido proteger su riqueza natural y por la belleza de sus caminos que recorren tanto el interior como su litoral, sorteando magníficos acantilados, volcanes extintos, frondosos valles, a la vez que unen aldeas que aparecen casi colgadas en las escarpadas laderas. Santo Antao posee un variado contraste geográfico con bosques de cedros y pinos al norte, zonas volcánicas en el centro, paisajes desérticos al sur y en la parte occidental ofrece un impactante espectáculo de acantilados abruptos.
Al margen de la belleza natural si por algo destaca Cabo Verde es por la parte más humana la que podremos encontramos en sus variopintos mercados, en algunos ritmos y bailes como el funaná o el zouk, y en el sonido nostálgico de mornas y caldeiras, especialmente en la ciudad de Mindelo, ciudad natal de la cantante Cesária Évora.
Por la mañana dispondremos de tiempo para visitar la capital de Cabo Verde, Praia, famosa por su bullicio es el mejor lugar para entender la mezcla de gentes de este país a camino entre África y Europa. Tras un corto vuelo interno a la isla de Fogo nos trasladaremos hasta el Parque Nacional de Cha das Caldeiras, donde nos alojaremos al pie del Volcán do Fogo, techo de Cabo Verde.
El alojamiento, situado en un pequeño poblado que se encuentra dentro del cráter original, es sin duda uno de los lugares más especiales de todo el viaje.
Comenzamos las rutas de nuestro viaje subiendo a la máxima altura del archipiélago caboverdiano, el Volcán Fogo con 2.829 metros. Tras visitar la emanación de fumarolas que quedan tras su última erupción (2014) nos dirigiremos hacia la cara oeste del volcán por donde ascenderemos hasta la cima del volcán para disfrutar de una panorámica espectacular del multicolor cráter de unos 200 metros de profundidad y 500 metros de diámetro.
Por la mañana nos desplazaremos hasta la capital de la isla de Fogo, la ciudad de Sao Felipe, donde el sosiego baña las calles de esta hermosa ciudad con fama de ser la más limpia y también la más calurosa. En ella encontramos la mayor concentración de sobrados, edificios emblemáticos de la arquitectura colonial y múltiples cafés donde por la tarde suena la música tradicional caboverdiana. Por la tarde tomaremos un vuelo a la ciudad de Praia, donde nos alojaremos.
A primera hora de la mañana volaremos hasta la isla de Sao Vicente, para después embarcarnos rumbo a la Isla de Santo Antao, la “Isla Verde”. La travesía dura alrededor de los 60 minutos. Estaremos alojados tres noches en la ciudad portuaria de Porto Novo donde por la noche suele haber un ambiente tranquilo con pequeños locales para cenar y escuchar música, sin embargo por la mañana se despierta llena de actividad por las labores de los pescadores y de los barcos que transportan frutas, café y caña de azúcar al resto de las islas. También es de destacar sus cercanas playas, de las mejores de la isla, como la de Escurralete.
Nuestra primera ruta por la Isla de Santo Antao nos llevará a conocer uno de los rincones más famosos y más bonitos de la isla, el Valle de Paul. Tomando como punto de partida el cráter extinto de Cova seguiremos un tradicional camino empedrado que nos permitirá disfrutar de espléndidas panorámicas sobre los cultivos tradicionales de la isla, como el café, la caña de azúcar o los plátanos, así como de la playa de la Ciudad das Pombas, donde podremos descansar hasta regresar a nuestro alojamiento o visitar el parque municipal, una joya botánica.
La región de Tarrafal es atractiva por lo agreste de sus montañas y por su playa que es la más grande de la isla. Y todo esto lo podremos comprobar recorriendo el camino costero de Fontainhas, la ruta más bonita de Cabo Verde. No en vano las aldeas de Fontainhas poseen, según National Geographic, las segundas mejores vistas del Mundo.
Por la mañana realizaremos nuestra última ruta en la Isla de Santo Antao que nos permitirá conocer un paisaje diferente al de los días anteriores, el que produce la erosión del viento y el agua en el Monte Bordeira. Por la tarde nos despediremos de la isla de Santo Antao y volveremos en barco hasta la isla de Sao Vicente, donde dispondremos de tiempo libre para pasear por la alegre ciudad de Mindelo, incluso a quien le apetezca escuchar música en directo.