Empezaremos a caminar desde el Castillo de San Felipe, que controlaba el Fondadero de los Escullos para seguir las marcas del GR92 que bordea el macizó del Fraile, una de las atalayas más conocidas del litoral almeriense. Con la magnífica y continua vista sobre el Mediterráneo caminaremos hasta pasar junto a la Torre Vigía de Cala Higuera desde donde ya podremos contemplar el Morrón de los Genoveses y la bahía de San José al atardecer, donde nos alojaremos.
La ruta comienza en el el faro de Cabo de Gata y ya con vistas increíbles de los primeros acantilados y pequeños islotes que salen afilados fuera del agua, comenzamos a subir al Cerro de la Vela Blanca de (212 m) desde donde cogemos una pista ancha que baja durante 3 Km hacia las primeras calas.
Cala Carbón ofrece la primera posibilidad de baño, y después, la Ensenada de la Media Luna, Ensenada del Mónsul y la playa del Barronal, lugares que exaltaran nuestros sentidos y nos harán olvidar del mundo.
Durante estos últimas calas caminaremos sobre la arena, para más tarde subir laderas y caminar por lo alto de los acantilados observando el mar desde arriba, con las calas del Barronal bajo nuestros pies, en medio de un paisaje semidesértico de dunas, piedras y vegetación de pitas y matorrales.
Llegando al Morrón de los Genoveses de (73 m) disfrutamos de la maravillosa vista de la playa de los Genoveses, para llegar poco después al pueblo de San José.
Con inicio en Las Negras, recorreremos el tramo de costa que enlaza esta población con Agua Amarga, tomando el camino hacia la cala de San Pedro, famosa por su manantial de agua dulce y su rico fondo marino, excelente para la práctica del submarinismo. Dejando atrás dicha cala remontaremos la Sierra de la Higuera para descender de nuevo hasta las famosas Calas del Plomo y de Enmedio, esta última famosa por su color blanco, que se asemeja a un impresionante entorno gótico, con paredes blancas y formas redondeadas debido a la acción del mar y el viento sobre la arenisca. Tras el baño seguiremos caminando hasta el pueblo de Agua Amarga, el cual se considera como uno de los fondeaderos usados antiguamente por los musulmanes y que en la actualidad se ha convertido en un coqueto pueblo de aire moruno, lugar donde terminaremos nuestro recorrido.