Desde Villaseca, la ruta sigue la pista de la Ermita de San Frutos, pero pronto la abandona para ir descendiendo por antiguas sendas hacia la ermita de la Molinilla y su meandro, desde donde arranca el sendero poco conocido que nos lleva al puente de Villaseca, enlazando aquí con la famosa Senda Larga y posteriormente con el ramal del río Caslilla que finaliza en Sepúlveda.